Kolín
En esta edición visitaremos la antigua ciudad real de Kolín, fundada por el soberano checo Premysl Otakar II hacia el año 1257, en la fértil llanura del río Elba, a 60 kilómetros al este de Praga.
Kolín fue fundada en una terraza rocosa en la orilla izquierda del río Elba, a salvo de las periódicas inundaciones. Para el surgimiento de la ciudad fue importante también la proximidad de los yacimientos de plata en Kutná Hora.
Kolín fue rodeada en el siglo 13 por dos cinturones de murallas, reforzadas por numerosos bastiones y torres. Los restos de las fortificaciones citadinas se han conservado hasta hoy día en el perímetro del casco histórico. Las fortificaciones de Kolín eran tan sólidas que servían de modelo a otras ciudades del Reino de Bohemia.
Los muchos privilegios otorgados a Kolín por los soberanos Carlos IV y Venceslao IV en el siglo 14 y principios del siglo 15, impulsaron el desarrollo de la ciudad que figuraba entre las más opulentas urbes checas. De la riqueza de la ciudad en la Edad Media testimonia hasta hoy día la majestuosa catedral de San Bartolomeo, el monumento más importante de la reserva urbana de Kolín.
La impresionante silueta de la catedral gótica de San Bartolomeo, con sus dos esbeltas torres, se divisa desde lejos. La construcción del primoroso templo de tres naves que se alza en el punto más alto del casco histórico, empezó hacia el año 1261.En el templo de San Bartolomeo se notan dos etapas arquitectónicas. La parte más baja de la catedral con sus dos torres fue construída en la segunda mitad del siglo 13 en estilo gótico temprano con rasgos de transición del románico.
El presbiterio, construido entre 1360 y 1378 en estilo del sofisticado gótico francés, es fruto de la labor del genial Petr Parlér, célebre constructor de la catedral de San Vito, en el Castillo de Praga. Contiguos al templo de San Bartolomeo se alzan un campanario del año 1504 y un osario barroco de 1733.
El santuario atesora en su interior primorosas muestras del arte religioso: una pila bautismal de estaño, en estilo gótico tardío, de 1485, el cuadro "Martirio de San Bartolomeo," del pintor checo Petr Brandl, de 1734 así como el grupo escultórico Calvario, de 1738, y el Via Crucis del escultor Frantisek Bílek, de 1914.
En la ciudad de Kolín se encuentra uno de los más importantes cementerios judíos en Bohemia. Ello refleja el hecho de que la comunidad hebrea de Kolín fue la segunda más importante en Bohemia después de la de Praga. El cementerio judío de Kolín surgió a mediados del siglo 15 y fue utilizado hasta 1887 cuando la comunidad hebrea fundó otro camposanto en la orilla derecha del Elba.Las lápidas más antiguas del cementerio judío de Kolín se remontan a 1492. Con excepción de Praga, son las estelas judías más antiguas de Bohemia que se han conservado en su lugar original. En el cementerio están sepultadas destacadas personalidades de la comunidad hebrea de Bohemia.El más ilustre es, sin lugar a dudas, Becalel, hijo del rabino Löw, fallecido en 1599.
En Kolín se ha conservado asimismo una sinagoga, construída en estilo barroco temprano en la segunda mitad del siglo 17. En la sala principal llama la atención el santuario barroco - el Aron ha Kodesh- y la decoración del recinto con motivos vegetales, como ramitos de parra y hojas con racimos.A principios del siglo 20 fue instalado en la sinagoga un órgano, pero durante la ocupación nazi fue destruido.El centro del casco histórico de Kolín es la Plaza de Carlos que ha conservado su planta original y una serie de casas con hermosos hastiales barrocos.En la esquina del lado norte de la plaza se yergue el edificio del ayuntamiento, patrimonio de la ciudad desde 1494. La casa de origen gótico fue remodelada en estilo seudorenacentista a finales del siglo 19. En medio de la plaza se encuentra una fuente de piedra arenisca roja, de 1870, y una columna de la peste, de 1682.
En las calles adyacentes se pueden ver casas en estilo barroco tardío, con núcleos góticos de los siglos 13 y 14,construídas después del incendio que asoló la ciudad en 1734.
La ciudad de Kolín tuvo que demostrar varias veces en la historia su capacidad de recuperarse. Durante la Guerra de los Treinta años, en el siglo 17, Kolín, despoblada y saqueada, estaba al borde de la extinción.
En junio de 1757, las afueras de la ciudad fueron escenario de una de las más sangrientas batallas de la llamada Guerra de los Siete Años, en la que se enfrentaron Prusia y Austria. Del lado prusiano intervinieron en la Batalla de Kolín 20 mil soldados de infantería y 14 mil de caballería, y del lado austríacao, 35 mil soldados de infantería y 19 mil de caballería.Dada la superioridad de las tropas de la emperatriz austríaca María Teresa, el rey de Prusia, Federico II, fue derrotado y tuvo que retirarse de Bohemia. El ejército prusiano perdió en la Batalla de Kolín 13 mil hombres, y las tropas austríacas, 9 mil.
Kolín conoció un notable auge bajo el reinado del emperador José II, en la segunda mitad del siglo 18 cuando tomaron impulso la producción artesanal y el comercio. Un nuevo florecimiento trajo a la ciudad el desarrollo de la industria y del comercio, propiciado por la construcción del ferrocarril de Praga a Moravia. El primer tren llegó a Kolín en 1845.
En el siglo 20 Kolín fortaleció su posición de ciudad industrial. Hoy en día la ciudad cuenta con industrias química, alimenticia, mecánica y poligráfica. La ciudad de 32 mil habitantes es, además, un importante nudo ferroviario y puerto fluvial.
Entre las personalidades ilustres, relacionadas con Kolín, destaca Jean Gaspar Debureau, fundador de la pantomima moderna, nacido en Kolín en 1796 como hijo de un soldado francés y de una criada checa. Debureau, en el papel de Pierot, fue estrella de los espectáculos del Teatro de los Funámbulos, en París.Con su festival internacional de bandas de instrumentos de viento Kolín recuerda todos los años a Frantisek Kmoch, autor de inmortales composiciones de este género musical. La orquesta fundada en Kolín por Frantisek Kmoch interpretaba sus vibrantes marchas que en el siglo 19 despertaban a los checos del letargo.