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Presidente de la República, Václav Havel, pronunció el habitual discurso de Año Nuevo
En su habitual discurso de Ano Nuevo, el presidente Václav Havel, se refirió a los asuntos más candentes que esperan a la sociedad checa en 2002. El mandatario advirtió que el nuevo ano será excepcional para los ciudadanos checos por varias razones. En el ámbito nacional tendrán lugar cuatro elecciones, en las que realmente se decidirá sobre el futuro de la nación.
"Doce anos después de la caída del comunismo, es probable que nos corresponda decidir sobre el carácter futuro de nuestra sociedad y de nuestro Estado, sobre nuestra convivencia, sobre el papel que nos corresponde en el mundo que nos rodea. Y debido o gracias a todos esos elementos decidiremos indirectamente sobre nuestras vidas" subrayó Havel.
En su crítica a la situación política nacional, el mandatario checo advirtió que es necesario tener en cuenta que los ciudadanos decidirán por cuál camino andará la sociedad. Puede encaminarse por el sendero de una sociedad civil que ofrezca igualdad de condiciones en el escenario político o permitir que de manera sutil el poder económico, político y de los medios de comunicación quede en manos de una especie de "hermandad" que utiliza casi cualquier medio para lograr sus propósitos.
El presidente de la República calificó el año entrante de hito en la historia contemporánea de la nación checa también porque, según todo parece indicar, este país concluirá sus negociaciones de ingreso en la Unión Europea.
"Probablemente por primera vez en la historia formemos parte de una alianza europea democrática y solidaria, lo que traerá a los ciudadanos checos una serie de ventajas indiscutibles tanto en el campo político, económico, como en el cultural y moral".
Havel aplaudió que de esta manera los checos podrán participar directamente en la discusión europea sobre la futura integración del continente y exhortó a los políticos a convencer a los ciudadanos de que la entrada en la Unión Europea no afectará su identidad nacional.
"No me di cuenta de que la Unión perjudicara la identidad de los finlandeses, portugueses o irlandeses. Al contrario, les abrió un gran espacio para su propio desarrollo y les obligó a cuestionarse con qué podrían contribuir al desarrollo común".
En otro ámbito, el mandatario checo se refirió a los ataques terroristas del once de septiembre, señalando que la muerte de miles de personas inocentes, el sufrimiento de sus familiares, así como el horror de los ataques, advirtieron sobre el mal existente en el mundo.
"Fue una gran advertencia sobre la necesidad de profundizar la solidaridad humana y la disposición de luchar por los valores fundamentales de nuestra civilización. Fue un gran impulso para que reconsideremos seriamente las amenazas que se ciernen sobre el mundo".
Havel matizó que paradójicamente, las personas que fallecieron durante los ataques advirtieron sobre los problemas de esta civilización más que millones que mueren a causa de hambre, enfermedades o en sangrientos conflictos locales.
El presidente Havel destacó que estos acontecimientos han tenido impacto también en la República Checa porque reforzaron en los checos la conciencia de que no son solamente ciudadanos de este país sino que habitantes de nuestro planeta por cuyo destino no pueden mostrarse indiferentes.
En esta relación, Václav Havel recalcó que los ciudadanos checos tendrán la posibilidad de influir más sobre el curso de los acontecimientos mundiales precisamente el año entrante, ya que en Praga se efectuará la Cumbre de la Alianza Noratlántica. Havel enfatizó que se tratará del primer gran encuentro de este tipo al otro lado del antiguo Telón de Acero, además en la ciudad en la que fue disuelto el Pacto de Varsovia.
"Estoy plenamente convencido de que esta cumbre será más importante para la paz del mundo de lo que somos capaces de admitir ahora. Es posible que tan sólo a finales del año entrante, trece años después del fin del mundo bipolar y un año después de los ataques del once de septiembre, se sienten las bases para un mundo más justo y seguro".
El presidente de la República Checa apuntó que si el ataque terrorista contra la civilización moderna fue el primer episodio tenebroso del tercer milenio, la Cumbre de Praga podría convertirse en una antorcha que iluminará el camino hacia un mundo mejor.
Los ciudadanos checos festejaron la Nochevieja
Los festejos de Nochevieja transcurrieron sin graves incidentes en todo el territorio de la República Checa. Según confirmaron la Policía y el ministerio de Sanidad, los ciudadanos checos se despidieron del año viejo de manera más tranquila que el año pasado. En el casco histórico de Praga, así como en muchas otras ciudades checas, los habitantes saludaron la llegada del año nuevo con fuegos artificiales. Los festejos de Nochevieja transcurrieron sin heridas graves; el Servicio de Emergencia atendió a personas que resultaron levemente heridas durante la manipulación de artículos pirotécnicos o las que consumieron excesivamente bebidas alcohólicas.