La Central Electronuclear checa de Temelín obtiene el visto bueno
La Central Electronuclear checa de Temelín, en Bohemia del Sur, funciona bien y su impacto en el medio ambiente no es nocivo. A esta conclusión llegó la Comisión Internacional integrada por representantes de la República Checa, Austria, Alemania y la Comisión Europea.
La comisión internacional ha constatado que ni en caso de que se aplicasen las normas más rigurosas de seguridad, la planta constituiría una amenaza para los ciudadanos de la República Checa, Alemania y Austria.
"La preparación para hacer frente a eventuales averías es de alto nivel, corresponde a los criterios internacionales y garantiza que toda situación de peligro sea resuelta a tiempo", se dice textualmente en el documento, publicado este martes.
La comisión calificó también de seguro el almacenamiento de los residuos nucleares y de mínimos los impactos de los deshechos nucleares en el medio ambiente. A la vez recomendó a la dirección de Temelín crear un centro de control sísmico que informe al público sobre el impacto de eventuales temblores sísmicos en el funcionamiento de la planta.
El punto débil de la central es, según los expertos en energía nuclear, miembros de dicha comisión, el peligro de polución de las aguas freáticas. El fallo de la comisión senala, no obstante, que la eventual polución de dichas aguas es menor que la permitida por las leyes checas.
La composición de esta comisión internacional con el fin de realizar una detallada inspección de la planta había sido acordada en la reunión entre el Primer ministro checo, Milo Zeman, y el Canciller austríaco, Wolfgang Schüssel, efectuada el 12 de diciembre del año pasado en la ciudad austríaca de Melk.
En vista de que las dos partes se comprometieron en respetar el veredicto de la comisión internacional, éste es considerado como clave para el futuro funcionamiento de la central.