Sparta Praga perdió ante el Real Madrid, pero saco aplauso de su hinchada
Perdió pero gustó. El Sparta de Praga ofreció uno de los partidos más atractivos del año y nada más y nada menos que frente a uno de los equipos más poderosos del mundo: el Real Madrid de Figo, Zidane y Raúl. Los checos, sin embargo, no se dejaron intimidar por los madrileños. Jugaron "de tu a tu", y el público del repleto estadio de Letná se los reconoció con cálidas ovaciones.
El técnico del Real Madrid, reconoció que a pesar de la victoria de su equipo, el Sparta de Praga ofreció un fútbol digno de los mejores equipos europeos y que perfectamente podría haber ganado el encuentro.
"Ha sido un partido magnífico, entre dos equipos que han hecho y hacen la mejor propaganda del fútbol en Europa y ellos, el Sparta de Praga, no nos ha dado ningún momento de descanso, nos han apretado... han hecho un partidazo. Nosotros hemos tenido momentos de un juego extraordinario", dijo Del Bosque.
Los expertos coinciden en que la gran estrella de la noche fue el atacante del Real Madrid, Fernando Morientes, autor de dos de los goles de su equipo. El jugador español sostuvo que el Sparta de Praga posee un gran equipo y que en momentos le parecía estar jugando con alguno de los grandes equipos alemanes. Pero, qué fue para Morientes lo más complicado del juego del Sparta.
"Sobre todo la gran envergadura de ellos, que han salido muy motivados desde el principio, pero nosotros sabíamos que había que aprovechar los 10 o 15 primeros minutos, intentar hacer bien nuestro fútbol y no dejar hacer el suyo a los del Sparta. Quizá sufrimos, pero pienso que ante un gran equipo, un equipo que ha demostrado por qué está en esta fase y que sin duda puede llegar todavía más lejos".
Por su parte, los jugadores del Sparta lamentaron al derrota. "Es una gran lástima", dijo el defensa Vladimir Labant, explicando, que el juego del Madrid es sumamente compacto y se hace muy difícil jugar contra ellos. Quizá el más molesto fue el técnico del Sparta de Praga, Jaroslav Hrebik que se quejó de que sus jugadores no siguieran al pie de la letra sus instrucciones, especialmente durante el primer tiempo, cuando debían haberse acercado más al arco contrario.