Envíos postales sospechosos: pesadilla de los checos
El ministro del Interior, Stanislav Gross, afirma que no hay indicios de que la República Checa pueda ser blanco de un inminente ataque bioterrorista. Sin embargo, el temor de contraer el ántrax se hace cada vez más intenso entre la población. Los bomberos se ven desbordados por la avalancha de avisos sobre envíos postales sospechosos.
Envíos postales que puedan contener esporas del carbunco se han convertido en pesadilla para los checos.Un bombero en atavío especial tuvo que acudir ayer martes a la sede del Gobierno checo para recoger una carta sospechosa enviada al primer ministro, Milos Zeman, del Japón.
Una carta amenazadora, procedente de Estados Unidos, causó alarma en la ciudad de Liberec, Bohemia del Norte. Tres empleados de la firma Autostar Velimex fueron hospitalizados para exámenes tras entrar en contacto con una misiva de Estados Unidos que contenía fragmentos de textos bíblicos. Los médicos administran antibióticos a modo preventivo a la mujer que abrió la carta.El ministro del Interior, Stanislav Gross, dijo al término de la sesión del comité de crisis que no hay razón para sucumbir al pánico y que las tres personas fueron hospitalizadas en Liberec por motivos preventivos. El titular de Defensa, Jaroslav Tvrdík, afirmó que en el caso de la mujer hospitalizada se trataría más bien de síntomas de histeria.
Los bomberos y especialistas en epidemiología atienden y verifican todos los avisos, aunque algunos de ellos parezcan a primera vista alarmas falsas. Ayer martes los bomberos salieron más de cien veces para recoger envíos postales o sustancias sospechosas.
El contenido de los envíos sospechosos se analiza en un laboratorio perteneciente al Instituto para la seguridad nuclear, cuyos expertos están desbordados por la avalancha de cartas a ser sometidas a los tests.
La inquietud crece porque los equipos de que se dispone en la República Checa no permiten conocer de inmediato si el resultado de los tests es negativo o positivo. Tan sólo en los próximos días el Ejército recibirá equipos que identificarán inmediatamente un eventual contagio de carbunco. Hasta el cierre de la presente edición no se ha registrado en la República Checa ningún caso de ántrax.