El Banco Mundial advierte a la RCh: no hipoteque el futuro de sus ciudadanos
La República Checa debería dejar de hipotecar el futuro de sus ciudadanos y proceder a reducir sus gastos. Ésta es la principal conclusión de un estudio en el que el Banco Mundial analiza, a petición del Gobierno checo, la actual crisis de la economía nacional.
Los expertos del Banco Mundial opinan que el mayor obstáculo para el crecimiento de la economía checa reside en el creciente déficit del financiamiento público. El alto impuesto al salario y los altos gastos estatales que representan el 45% del Producto Interno Bruto, son los que principalmente asfixian a la economía checa, según dicha institución. Por ello el Banco Mundial recomienda al Gobierno checo realizar una serie de reformas encaminadas a reducir el endeudamiento del Estado. El tratamiento prescrito a la República Checa es radical y doloroso: acabar con los generosos subsidios que el Estado checo presta al ahorro para la construcción, obligar a los estudiantes que paguen por sus estudios en la Universidad y a los pacientes que paguen por sus consultas médicas. El Banco Mundial recomienda también reformar el sistema de pensiones de manera que los ciudadanos checos tengan que ahorrar para sus pensiones, prolongar la edad de jubilación y reducir los subsidios sociales. Las conclusiones del análisis del Banco Mundial, presentadas el viernes pasado en Praga por Bernard Funk, representante de esta institución en Europa Central y Oriental, son similares a las de los economistas liberales checos; en el oficialismo han despertado, no obstante, reacciones negativas. El ministro de Finanzas checo, Pavel Mertlík, rechazó el mencionado análisis senalando que la idea del Gobierno checo sobre la reforma de pensiones es diferente y también el Ministro de Educación, Eduard Zeman, dio a entender su disconformidad con la introducción de pagas en la Universidad.