Sesión del FMI y el BM en Praga está a vuelta de la esquina
Mientras que a la República Checa acuden centenares de adversarios de la globalización, los políticos checos compiten sobre quien aclarará de mejor manera a los ciudadanos la importancia de la sesión del Fondo Monetario Internacional y del Banco Mundial, y el prestigio que otorgará a este país.
Con su granito de arena contribuyeron también el ministro de Finanzas, Pavel Mertlík, y el líder de la opositora Unión de la Libertad, Karel Kühnl, quienes aparecieron ayer, domingo, en el programa de la televisión Nova, "Siete Días".
Los dos políticos afirmaron ante la nación checa, atemorizada por el esperado flujo de miles de adversarios de la globalización, que la cumbre de estas dos organizaciones financieras mejorará la posición de este país ante inversores extranjeros.
Al referirse a la cumbre como al mayor evento internacional de la historia contemporánea checa, el ministro Mertlík subrayó que si el Estado checo lleva a buen término la organización de la sesión, los hombres de negocios del mundo entero hablarán de la República Checa como de un país seguro y digno de confianza.
También Karel Kühnl destacó la proyección del encuentro de los máximos representantes del mundo de las finanzas, rechazando, no obstante, la atmósfera de "psicosis de acoso", reinante en la sociedad checa en relación con las anunciadas protestas de los adversarios de ambas instituciones financieras.
El ministro de Hacienda checo opina que la capital checa no podrá evitar enfrentamientos entre los adversarios y la Policía, senalando que se prohibió la entrada al país a gran número de radicales equipados con bates de béisbol, cadenas y navajas.
Sin embargo, según Mertlík, la mayoría de los adversarios son jóvenes normales que no pretenden desatar olas de violencia y con los que coincide en muchos puntos de vista. "Por ejemplo considero justificado su desacuerdo con la creciente influencia de los monopolios y de las empresas multinacionales", puntualizó Mertlík.