Natálie Kocábová: una colibrí del arte
A los 15 años grabó su primer álbum. A los 18 dio a luz a su primer hijo. A los 19 publicó su primera novela. La cantante y escritora Natálie Kocábová, que actualmente se dedica a estudiar cine, no pierde el tiempo.
El padre de Natálie Kocábová, Michael Kocáb, era líder del legendario grupo Pražský Výběr. Su madre, Marsha Kocábová, era una bailarina estadounidense. No fue de extrañar que la pequeña Natálie pronto empezara a dedicarse a la música.
A los diez años se presentó por primera vez al público, actuando en un programa infantil en la Televisión Checa. Cinco años después grabó su primer álbum, denominado Fly Apple Pie, o sea, Pastel de Manzana Volador.
El extraño título del disco no tenía ningún sentido especial, sino que era un juego de palabras que entonces a Natálie le parecía lo suficientemente loco y atrevido, según señaló la intérprete.
El álbum levantó una ola de críticas que le reprochaban a la cantante su poca madurez artística y también las letras de canciones en inglés. “Mi primer disco era el típico estreno de una adolescente. Aunque había en él canciones buenas, estaba adaptado a la edad que entonces tenía”, sostuvo Kocábová.
Quizás el motivo principal de las malas críticas no haya sido la baja calidad del álbum, sino el hecho de que Natálie fuera hija de Michael Kocáb. Como suele pasar en casos de artistas de padres conocidos, la gente reclamaba que la cantante no tenía talento y sólo se aprovechaba del famoso apellido de su progenitor.
Kocábová confesó en una entrevista que al principio se había empeñado en luchar contra tales prejuicios, pero con el tiempo se resignó a aceptarlos como parte de la vida.
A los 18 años, dejó impresionados a sus detractores y seguidores al quedar embarazada. Pero se equivocaron los que habían pensado que el nacimiento de su hijo pondría punto final a su carrera artística.
El mismo año que dio a luz a su hijo Vincent, publicó el primer libro de prosa, titulado Monarca Absinth. Como casi todo lo que había hecho hasta entonces, la novela era una provocación para el público y las críticas.
El libro cuenta la historia de una comunidad de personas que viven bajo el mando del cruel monarca Absinth. Éste les obsequia enormes cantidades de drogas siempre que realicen prácticas sexuales poco habituales, extrañas y hasta peligrosas.
“La acción se desarrolla en un constante clima violento lleno de sexo, drogas, suicidios, muerte, blasfemias e insultos a Dios”, escribió la crítica literaria, Štěpánka Bláhovcová. Sin embargo, Natálie Kocábová, no se dejó detener y lanzó al mercado otras dos novelas de carácter parecido: Schola Alternativa y Rosa, el camino hacia la luz. “Lo que me reprochaban en el primer libro viene triplicado en los dos posteriores”, señaló la autora.
En 2006, Kocábová publicó su segundo álbum titulado Colibríes en Islandia, en cuya preparación participaron los músicos Míša Poláková y Michal Pavlíček junior. Esta vez, el disco fue aceptado muy bien por los críticos, que lo calificaron de experimental y progresivo.
Natálie Kocábová dedicó el álbum a su abuela que falleció en la época en que la cantante preparaba el disco. Su título también es un recuerdo dedicado a la abuela, según indicó la artista.
“Sabía que quería tener la palabra Islandia en el título y a mi madre se le ocurrió Colibríes en Islandia, porque mi abuela vivía en una casa rodeada de jardines en que siempre había colibríes”, señaló Kocábová en una entrevista.
La madre de Natálie, Marsha, es además autora de las letras de las canciones del álbum. Su tema principal son las relaciones entre hombres y mujeres y los problemas que surgen cuando dos deciden vivir juntos, indicó la intérprete.
Natálie Kocábová, con apenas 23 años, ya ha alcanzado muchos de sus sueños, pero aún queda uno por cumplir. La cantante desea, aunque sea por poco tiempo, pasar a ser miembro de la banda Pražský Výběr, pero su padre Michael Kocáb se niega a contratarla. Al menos por ahora…