Mundial Sub-20: los penales dejan fuera a Chequia

Peter Gulacsi (Hungría), foto: ČTK

En un partido muy equilibrado, que solo se decantó para el lado húngaro en la definición a penales, la República Checa se despidió del Mundial Sub-20 en los octavos de final. Se trató de un dramático encuentro que terminó empatado a dos tras el alargue.

Peter Gulacsi  (Hungría),  foto: ČTK
Los checos le dijeron adiós al Mundial Sub-20, que se disputa en Egipto, con la frente en alto. Batallaron hasta el final ante un duro rival al que conocen bien, como es Hungría, y el partido solo se decidió desde los once metros.

El entrenador nacional, Jakub Dovalil, que tuvo que mirar el final del encuentro desde las tribunas, por una sanción, destacó que sus muchachos dieran fiera batalla los 120 minutos que duró el match. “Creo que el equipo tuvo la capacidad de ganar este partido y avanzar hasta los cuartos de final. Sin embargo, se ha confirmado que el fútbol es así de imprevisible. Lo dimos todo en la cancha y me atrevo a decir que fuimos un poco mejores que Hungría, pero desgraciadamente hemos perdido en la tanda de penaltis”, indicó el seleccionador checo.

En la calurosa noche de Alejandría, Hungría se adelantó en el marcador en el minuto 19, tras un precioso tiro de larga distancia del volante Mate Kiss, que sorprendió al guardameta checo.

Lukáš Vácha  (República Checa) y Adam Simon  (Hungría),  foto: ČTK
Pero los nacionales se repusieron rápidamente, y tras un gran desborde y centro del extremo Tomáš Fabian, el delantero Jan Vošahlík solo tuvo que cabecear suavemente el balón para marcar.

Los 90 minutos terminaron igualados a uno, aunque con una mejor sensación para el equipo checo. Tras iniciado el alargue, Michael Rabušic, uno de los jugadores frescos, confirmó esas sensaciones y marcó desde el área chica, tras otro gran desborde de Fabian, la figura de Chequia. Sin embargo, el capitán húngaro, Vladimir Koman, se encargó de inmediato de poner las cosas 2-2, tras un sensacional tiro libre.

Llegó la lotería de los penaltis. El portero húngaro, Peter Gulasci, se convirtió en el héroe, tras detener tres lanzamientos a los checos, en una definición que favoreció 4-3 a los magiares. Toda la alegría para los rivales y toda la desazón para los nacionales.

“Fue un encuentro muy equilibrado, que se pudo inclinar para cualquiera de las dos selecciones. Fue muy parejo desde el comienzo hasta el final. Me siento muy orgulloso de ser el entrenador del equipo que ganó esta noche”, declaró el seleccionador húngaro, Sandor Egervari.

Hungría jugará los cuartos de final contra Italia, que eliminó sorpresivamente a España, la gran favorita. Porque como lo decía el entrenador checo, el fútbol es imprevisible y en ello radica parte de su magia.

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