Monte Cristo vivió en el palacio de Brandýs nad Labem

Palacio de Brandýs nad Labem, foto: Martina Schneibergová

Esta vez emprenderemos un viaje al palacio de la ciudad de Brandýs nad Labem, donde vivió en su tiempo Ludovico Salvador de Toscana, renombrado viajero y científico de la familia de los Habsburgo, quien mantenía estrechos vínculos con la isla de Mallorca.

La familia de Ludovico Salvador se refugió en el palacio de Brandýs nad Labem, situado a unos 30 kilómetros al norte de Praga, tras emigrar de Italia en 1859 durante la guerra por la unión de ese país.

Según indicó Milan Novák, de la Alcaldía local, Ludovico Salvador de Toscana tenía en aquél entonces 13 años. Posteriormente se convirtió en un renombrado viajero, científico y coleccionista, siendo miembro de cuatro academias de ciencia europeas, de 24 compañías científicas y presidente de varias Conferencias Geográficas.

Palacio de Brandýs nad Labem,  foto: Martina Schneibergová
"Esos cargos no los consiguió por ser archiduque austríaco, sino por su excelente labor. Él incluso ocultaba que era archiduque, presentándose como el conde Neudorf. Su destino le sirvió incluso de argumento al escritor Julio Verne, a la hora de escribir la historia del Matyás Sandorf, o sea del nuevo conde de Monte Cristo".

Ludovico Salvador, dueño de 17 propiedades en Mallorca, una en Egipto y de la embarcación Nixe, reunía sus numerosas colecciones en el palacio de Brandýs nad Labem.

Aquí depositó la colección de bronce etrusco, ánforas romanas, floreros griegos, minerales, colecciones de la naturaleza, animales disecados, mapas, la gran librería toscana, etc, indicó Milan Novák.

"En el palacio fue depositado también el archivo familiar de los Habsburgo de Toscana, que incluía escritos familiares, correspondencia y documentos, como por ejemplo una carta de Napoleón Bonaparte, el manuscrito de la Constitución, que tenía previsto introducir Pedro Leopoldo, y que fue de hecho la constitución más antigua del Viejo Continente. Todo ello formaba parte del archivo, incluyendo una serie de mapas pintados a mano de la región de Toscana".

Hoy día, gran parte de dichas colecciones está depositada en el Museo Nacional de Praga. El archivo de los Habsburgo de Toscana se halla en el Archivo Nacional de la capital checa. Solamente la librería se encuentra en el lugar original, es decir, en el palacio de Brandýs nad Labem.


Foto: Roman Casado
Ludovico Salvador tuvo el don de aprender idiomas fácilmente, en total dominaba doce lenguas. Al llegar al palacio de Brandýs, a los 13 años de edad, sabía hablar italiano y alemán, dominaba el latín y el griego, y pronto aprendió a hablar checo.

Durante su vida publicó unos 60 libros, los dos últimos los escribió en el palacio de Brandýs.

Cuando empezó la Primera Guerra Mundial en 1914, Ludovico Salvador no pudo viajar, debido a la orden emitida por el emperador Francisco José.

Ludovico se radicó en el palacio de Brandýs, junto con su compañía multinacional, integrada por unas 25 personas, franceses, alemanes, ingleses, un árabe y sobre todo mallorquines, entre los que destacó la mano derecha del archiduque, su secretario Antonio Vives.

Todos ellos echaban de menos la soleada isla de Mallorca, donde anclaba en el puerto la embarcación de Ludovico, Nixe, ya que aquí el cielo solía estar nublado y llovía a menudo, según señaló Milan Novák.

"Ludovico por desgracia nunca volvió a ver la isla de Mallorca y falleció en este palacio, al sucumbir a una enfermedad excepcional 'elefantiasis', que suele llamarse también 'la pierna de elefante', con la que se infectó en uno de sus viajes por el mundo".

Ni siquiera el experto en medicina que llegó de Praga a Brandýs para operarle logró salvarlo. Ludovico sufrió altas fiebres y murió en el palacio de Brandýs el 12 de octubre de 1915.

Milan Novák,  foto: Roman Casado
El aristócrata murió sin vástagos y legó todos sus bienes a su secretario Antonio Vives, según dijo nuestro guía Milan Novák.

"Antonio Vives pasó a ser un hombre extraordinariamente rico de la noche a la mañana, pero no pudo disfrutar de la riqueza adquirida, ya que los compañeros de Ludovico Salvador se quedaron aquí sin recursos financieros y el testamento se quedó encerrado en la embarcación anclada en Mallorca, sin que alguien lo supiera".

El testamento al final fue encontrado y en 1916 fue abierto en la Embajada española de Viena, pero debido a que hasta finales de la guerra no se habían solucionado los trámites relacionados con el testamento, en 1918 Antonio Vives murió en la pobreza en el palacio de Brandýs nad Labem, sin que volviera a ver la isla de Mallorca, igual que su dueño.

De la riqueza heredada se encargaron posteriormente los descendientes de Antonio Vives. No obstante, debido a la demora en los trámites, subieron los requisitos por la administración judicial de manera que los descendientes de Antonio Vives se vieron obligados a vender algunos de los bienes raíces para cubrir esos gastos.

De esa forma, el emperador Carlos I adquirió en 1917 el palacio de Brandýs nad Labem por ocho millones de coronas.


Milan Novák, que es coautor de un libro sobre el científico Ludovico Salvador, se encontró en Mallorca con los vástagos de Antonio Vives.

"Los vástagos de Vives guardan sus cosas de manera hasta sacrosanta, digamos, lo que nos entusiasmó y sorprendió a la vez. Es que cuando estuvimos allí, les pregunté por unos mapas colocados encima de los armarios, y ellos me respondieron: No sabemos de qué mapas se trata, están colocados en el armario así como los había dejado allí Ludovico Salvador. Es decir, que ellos solamente quitan el polvo de los objetos, pero no los tocan para no estropear el recuerdo de ese gran personaje".

Hasta aquí las declaraciones de nuestro guía Milan Novák, de la Alcaldía de Brandýs nad Labem, que nos narró la historia de Ludovico Salvador de Toscana.

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Autor: Roman Casado
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