Ministro de Cultura permite demolición de edificio en el casco histórico de Praga
El ministro de Cultura, Jiří Besser, aprobó la demolición de un edificio en la Plaza Wenceslao, la principal arteria del casco histórico de Praga. La decisión ha levantado pasiones entre los protectores de los monumentos históricos, arquitectos y público en general, porque el inmueble está en perfectas condiciones y se tirará para levantar otro en su lugar.
Besser dio el visto bueno para la demolición de un edificio protegido por la UNESCO en el caso histórico de Praga y la única justificación es que los dueños del inmueble quieren tirarlo para construir otro.
La noticia sobre la planeada demolición se hizo pública en momentos en que inspectores de la UNESCO se encuentran de visita en la capital checa.
Josef Štulc, del capítulo checo del Consejo Internacional de Monumentos y Sitios (ICOMOS), asociación civil ligada a la ONU y la UNESCO, expresó su malestar por la decisión ministerial.“Estamos realmente muy preocupados, semejantes medidas ponen en peligro el futuro del casco histórico de Praga. Han decidido demoler un edificio antiguo, que está en perfectas condiciones, para construir otro en su lugar”, subrayó el experto.
El edificio, construido a finales del siglo XIX, se encuentra en la esquina que hacen la Plaza Wenceslao y la calle Opletalova, en la parte superior de la plaza. Los especialistas insisten en que la decisión del ministro de Cultura sienta un mal precedente, porque a partir de ahora constructores e inversores pueden respaldarse en este caso para exigir el mismo trato a la hora de querer tirar cualquier edificio histórico.Los protectores de monumentos y las asociaciones ciudadanas por la conservación de inmuebles antiguos, no entienden cómo es posible que un ministro, y en este caso el de Cultura, haya conseguido de manera irrevocable acabar, por motivos comerciales, con un edificio en buen estado en el casco histórico de la capital.
El arquitecto Jan Kaplický quiso construir en la planicie de Letná fuera del casco histórico, un edificio ultramoderno para la Biblioteca Nacional. El proyecto dividió a la sociedad, un sector encabezado por el presidente de la República, Václav Klaus, estuvo en contra, mientras que un grupo de arquitectos y vecinos del lugar estuvieron a favor, pero la presión fue tal que el edificio no se llegó a construir.Veremos qué reacciones se desatarán ahora con el inicio de la destrucción del casco histórico de Praga impulsado por el ministro de Cultura.