Luis Ramón Marín, el fotorreportero que retrató España

Concurso de globos en Madrid, 1913

El periodista gráfico Luis Ramón Marín dejó inmortalizada la España de principios del siglo XX. Ahora, rescatado del olvido gracias al surgimiento de su archivo privado, su obra se expone por primera vez fuera de España. Y lo hace en el Instituto Cervantes de Praga.

Luis Ramón Marín
Luis Ramón Marín le hizo fotos a todo lo que merecía la pena ser fotografiado en España durante la primera mitad del siglo XX: desde las capas populares hasta la familia real, desde monjas y guardias civiles hasta el desarrollo representado por los autogiros, las redes telefónicas y los automóviles. Desde retratos de boda a la Guerra Civil.

Su obra, audaz e innovadora en muchos aspectos, se encuentra ahora al alcance del público checo en el Instituto Cervantes de Praga. Se trata de 60 fotografías seleccionadas cuidadosamente de entre lo mejor del archivo privado de Marín. Una muestra ínfima comparada con el volumen de dicho depósito, que supera los 18.000 negativos.

Concurso de globos en Madrid,  1913
La obra de Marín quedó relegada al olvido tras la Guerra Civil y la muerte del fotógrafo en 1944. Solo hasta hace poco, en 2008, su hija, Lucía Ramón, decidió encontrar un destino para el legado de su padre. El depositario final fue la Fundación Pablo Iglesias, responsable actualmente de su mantenimiento y promoción. Se trata del primer paso para comenzar su rescate histórico, como explica Salvador Clotas, director de la Fundación Pablo Iglesias.

Playa de Biarritz,  1924
“Era desconocido. Los compañeros suyos ya no vivían, y como él guardó silencio a partir de los cuarenta y tantos, y la familia guardó la obra pero no hizo el esfuerzo de darla a conocer, pues se perdió la continuidad. Hoy, aunque es un gran artista y un gran fotógrafo, todavía es un desconocido. Y por eso tenemos que investigar”.

Pero no se trata solo de una recuperación artística, sino también personal. Marín murió cuando su hija tenía dos años, y en cierta manera esta nueva remesa de fotos ha contribuido a que Lucía comprenda qué tipo de persona fue su padre.

Lucía Ramón
“Lo que sí se ve es que era una persona muy adelantada a su tiempo, muy activa, muy valiente en todos los temas. Cosa nueva que salía, él estaba con eso. La fotografía la debió empezar en plan de capricho, porque era una cosa novedosa en el año 1900. Y a partir de ahí se debió aficionar y fue cuando ya se dedicó a ello. Salió la aviación y de las primeras fotos aéreas que hay en España son de él. Había motos, pues de las primeras motos que hubo en Madrid era la suya. Él se subía donde hubiera que subirse. Una persona muy vitalista”, comentó Lucía.

Josephine Baker en su camerino,  1930
Agudo, intrépido, fascinado por los avances tecnológicos, bien considerado en su época y cotizado por diarios y revistas ilustradas, desde ABC a la Vanguardia. Marín no fue solo un audaz cazador del momento sino también un genio de la fotografía como incipiente género artístico, como destaca Clotas.

“Es evidente que le gustaba la pintura porque muchas de las fotografías tienen un gran sentido artístico, y se nota una cierta inspiración en la pintura y en el arte. Es que hay alguna foto que uno diría: esto parece una pintura prerrafaelita. Y además de esto, la composición fotográfica muchas veces es de un artista. Aparte del interés documental, uno ve cómo trata los volúmenes, cómo trata las verticales. Aunque lo mire como una cosa abstracta funciona maravillosamente”, opinó.

La exposición permanecerá abierta al público hasta el próximo 16 de abril.

Autor: Carlos Ferrer
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