Los peligros de la encefalitis transmitida por garrapatas en Chequia
En algunos puntos de Europa, la encefalitis transmitida por garrapatas supone un problema sanitario importante que, sin embargo, suele ser subestimado por gran parte de la población. Analizamos su situación en la República Checa.
Chequia es uno de los países donde la encefalitis transmitida por garrapatas es endémica. Pero la encefalitis no es el único problema derivado de estos animales en esta parte de Europa.
Para conocer más información al respecto, Radio Praga habló con el doctor Grigorij Mesežnikov, médico del Departamento de Enfermedades Infecciosas del hospital Motol de Praga.
Las garrapatas con capacidad de transmitir esta enfermedad predominan especialmente en los países de Europa Central y Europa del Este, y la encefalitis no es lo único que pueden transmitir, como señala el doctor Mesežnikov.“Las infecciones transmitidas por garrapatas suponen un gran problema sanitario en la República Chequia, al igual que en otros países de Europa y del mundo. De las enfermedades que transmiten en Chequia las más comunes son la encefalitis y la enfermedad de Lyme y son en las que más tenemos que centrarnos”.
Las picaduras de las garrapatas son más comunes en los meses calurosos, ya que las garrapatas, que son una variedad de ácaro, no se activan ni eligen vivir en entornos en los que la temperatura sea demasiado baja.
Pero el doctor Mesežnikov advierte: con los cambios que se están experimentando en el clima en los últimos años, su periodo de actividad es cada vez mayor. A lo que añade que si se va a pasar tiempo en la naturaleza en esta época, es aconsejable tomar medidas como llevar pantalones largos y usar repelentes.
“Tradicionalmente se ha establecido que las estaciones de más riesgo para estas enfermedades son la primavera y el verano. De mayo a septiembre. Pero debido al cambio climático ahora el periodo es más largo, ahora empieza antes, sobre marzo o abril. Y termina más tarde, en octubre o noviembre. La gente va antes a la naturaleza. Estas garrapatas no viven en los árboles, no saltan, están en el suelo, en las hojas, en la hierba. Entonces, las actividades clásicas en la naturaleza como hacer un picnic son donde hay mayor riesgo, especialmente en los meses más calurosos. Es necesario llevar repelente, pantalones largos, y lo más importante es controlar cada día todo el cuerpo. Las garrapatas prefieren la piel fina, sitios blandos, es decir, la parte de atrás del muslo, las axilas, alrededor de las rodillas, la parte de abajo de la barriga”.Cuando hablamos de las enfermedades predominantes causadas por garrapatas nos referimos a la encefalitis y a la enfermedad de Lyme, como señaló el doctor Mesežnikov. Y concretamente para este tipo de encefalitis existe además una vacuna preventiva que, sin embargo, no mucha gente utiliza.
Es posible protegerse con una vacuna
La vacuna contra la encefalitis transmitida por garrapatas no es obligatoria, lo que hace que su uso no sea demasiado elevado, ya que la gente debe tomarse la molestia de hablar con su médico, pedir la vacuna y pagarla de su bolsillo.
En comparación con Austria, las cifras de personas vacunadas en Chequia están muy lejos de lo deseable, según apunta el doctor Mesežnikov.
“En la República Checa la utilizan, según los datos de los que disponemos, alrededor de un 25% de la gente. Un gran contraste con Austria, donde la cifra ronda el 85%. La República Checa y Austria son lugares donde estas enfermedades son endémicas y se dan cientos de casos al año”.Si bien es cierto que en numerosos casos el organismo del paciente consigue defenderse con éxito -en algunos casos ni siquiera desarrolla síntomas-, muchas personas no son conscientes de que en caso de ser infectadas y pasar la enfermedad podrían tener secuelas para el resto de su vida.
Asimismo, como la primera fase de la enfermedad se parece a una gripe, es fácil pensar que no es nada grave y que se pasará después de unos días en la cama.
“La gente la subestima porque no es consciente de las consecuencias que puede tener. Es una enfermedad que en parte se parece a la gripe, principalmente en la primera fase, porque tiene dos fases. Una es de tipo gripal, y la segunda fase de tipo meníngea, es decir, la inflamación de las meninges. Lo que es desagradable y peligroso, y puede dejar secuelas. Pero la gente no suele ser consciente porque piensan que si han pasado mucho tiempo en la naturaleza y no les ha pasado nada es que no hay problema. Es cierto que en algunos de los casos se producen pocos o ningunos síntomas, es decir, que el organismo del paciente se defiende y no desarrolla la enfermedad. Pero no podemos asegurarle a nadie que en su caso será así de fácil, y sin duda, recomendamos vacunarse”.
En opinión del doctor Mesežnikov, el hecho de que sea una vacuna que debe renovarse con el paso de los años también desincentiva a mucha gente a la hora de vacunarse. Pero insiste en que el esfuerzo te puede ahorrar una situación mucho más incómoda.
“La gente la subestima porque no es consciente de las consecuencias que puede tener".
“Se vacuna en tres dosis, y después se repite cada cinco años, entonces no es tan fácil como vacunarse una vez para toda la vida. No obstante, es más económico y fácil vacunarse que estar varias semanas de baja y después poder tener secuelas para el resto de tu vida como desórdenes del sueño, problemas de memoria, y también incluso parálisis de algunas extremidades”.
Sin embargo, contra la otra enfermedad más transmitida por las garrapatas, la enfermedad de Lyme, no existe vacuna.
Esta afección es de tipo bacteriano, a diferencia de la encefalitis transmitida por garrapatas, que es de origen vírico. Cuanto más tiempo pase una garrapata sujeta a la piel de su huésped, más probable es que transmita la enfermedad de Lyme. Podría incluso llegar a darse el caso de que una misma persona tenga encefalitis y la enfermedad de Lyme, pero es poco probable.
“No es imposible que un paciente tenga las dos enfermedades, hemos tenido casos en los que la garrapata ha transmitido el virus y las bacterias al paciente. Lo más importante para la prevención, ya que para la enfermedad de Lyme no hay vacuna, es la extracción de la garrapata. Porque se necesitan entre 24 y 48 horas para que las bacterias se transmitan al organismo. Por otro lado, hay casos en los que el paciente no ve a la garrapata, pero es evidente que en la piel hay un eritema migratorio”.
El eritema migratorio puede aparecer desde 3 hasta 30 días después de la picadura, y este señala una fase temprana de la enfermedad, que también puede venir indicada por otros síntomas como dolor de cabeza y dolor de articulaciones. Pero también pueden darse fases posteriores si no se trata a tiempo.
Otro punto importante es que si vemos a la garrapata hay que poner especial atención al extraerla, ya que no debe hacerse de forma violenta, porque la cabeza podría permanecer agarrada a la piel y transmitir su sangre al huésped.
Otras enfermedades menos frecuentes
Estos pequeños arácnidos también pueden transmitir otras enfermedades que para fortuna de los humanos no son muy comunes. El doctor Mesežnikov indica que de estas otras dolencias hay pocos casos.
“Las garrapatas también pueden transmitir otras enfermedades, por supuesto, pero en la República Checa son extremadamente raras. Son enfermedades como la babesiosis, la erliquiosis, la fiebre Q y la tularemia. De estas enfermedades tenemos entre 5 y 10 casos al año, en el caso de la tularemia alrededor de 50, por lo que no consideramos que sean un gran problema, ya que no hay muchos casos”.Estas enfermedades son parecidas entre sí y es necesario hacer un análisis de sangre para medir los anticuerpos. No obstante, tienen una gran ventaja, pueden ser tratadas con un mismo antibiótico.
“Las otras enfermedades, aunque se den pocos casos, existen, y es necesario sacar sangre para medir los anticuerpos específicos y luego tratarlas en consecuencia. La ventaja es que las medicinas que se utilizan para la enfermedad de Lyme sirven para otras, como la tularemia, bartonelosis, erliquiosis. Por lo que, teóricamente, con un antibiótico se curaría todo”.
De la encefalitis transmitida por garrapatas se registran en todo el mundo entre 10 000 y 15 000 casos al año, de los que el mayor porcentaje ocurre en Rusia.
En 2018, en la República Checa se tuvo constancia de 712 casos, lo que supone que en este país se registraron alrededor del 23% de todos los casos de la Unión Europea.