Los Musiqueros: “En la comunicación con los niños no hay límite”
La banda de música infantil argentina Los Musiqueros se presentó recientemente en la capital checa deleitando al público con sus ritmos folclóricos interpretados por instrumentos musicales poco convencionales. El trío charló con Radio Praga acerca de la importancia de la música en la edad infantil.
“Tocamos música de muchos continentes y lugares diferentes con bastante énfasis en música de nuestro país, Argentina y América Latina. Tocamos también la música de África, Europa, y de todos lados, ya que no hay límite en esto ni en la comunicación con los niños”.
Gaitas de guantes de cocina o percusiones de chancletas
Los instrumentos musicales son fabricados de materiales de reciclaje y otros objetos de uso diario.Un olecordio, o sea, una guitarra fabricada de una lata de aceite con cuerdas, un tubinete, es decir un clarinete hecho de un tubo de PVC, o un chancletófono, que funciona como un instrumento de percusión hecho de dos tubos metidos en una chancleta. Esos son algunos de los instrumentos que toca la banda, explica Julio Calvo.
“Los Musiqueros se llaman así porque en Argentina un musiquero es un músico popular que está muy cerca de la gente. Con esta misma idea y pensando que era bueno dar el mensaje de que la música siempre está cerca empezamos a tocar con instrumentos manufacturados por nosotros de todo índole. Algunos son elementos que solo cambian en su uso, como un cacharro de cocina, y otros son totalmente transformados. Tenemos gaitas con guantes de cocina, tocamos con jarros de mermelada, con una mesa, de todo. Lo que motiva para la construcción de los isntrumentos es jugar. Cuando empiezo pensar en un instrumento, empiezo jugar con los materiales, me divierte jugar con las ideas locas. Es lo mismo que hacía de niño, con otros elementos, pero de ahora grande y con un fin determinado y la idea de jugar”.
Los temas de sus canciones expresan las alegrías y las penas de la realidad infantil, indica otra integrante de la banda, Teresa Usandivaras.“Tiene que ver con muchas cosas, una son los miedos, que los chicos tienen, así tenemos una canción que tiene que ver con esto. A los chicos les gusta jugar con una cosa ridícula, los textos humorísticos, las historias como desde el tiempo antiguo, que se relaten con una canción”.
No importa en que país toquen, el arte de Los Musiqueros incita a cantar, bailar y jugar a todos los niños a. La interacción y juegos son precisamente el eje de sus espectáculos.Según destacó Teresa Usandivaras, la música desempeña un papel importante en todas las edades y existen pruebas de que los padres dan últimamente más importancia a la música en la vida de sus hijos.
La música en todas las edades es un momento importante. Creemos que es el primer arte, porque ya dentro de la panza de mamá ya empiezan asociar algunos sonidos con algunas situaciones de bienestar o no. Es como el germen inicial de la música, que nos acompaña durante toda la vida.Durante las tres décadas que llevan recorriendo los escenarios, Los Musiqueros afirmanque la música infantil en Argentina tiene su lugar fijo y que su panorama va en aumento.
“Tenemos un movimiento que se llama Mamusi, eso promueve mucho que aparezcan grupos nuevos y hacemos encuentros. En América Latina tenemos el movimiento Mosilique, movimiento de música de la canción de América Latina y del Caribe y cada dos años tenemos la buena idea de juntarnos en algún país de América Latina. Este año estará en Santiago de Chile”.
”La música es un derecho”
Bajo el lema de que la música es un derecho, Los Musiqueros comparten sus ritmos también con los niños que no corren la suerte de poder visitar sus conciertos, apunta Julio Calvo.“Tocamos desde hace tres años en un hospital pediátrico en Buenos Aires, que se llama Garrahan, en el sector de oncología especialmente. Tocamos yendo de habitación a habitación, preguntando si quieren compartir la música”.
Los conciertos no representan la única actividad de Los Musiqueros. Sus integrantes imparten asimismo talleres para dominar el ritmo, la voz, o fabricar su propio instrumento.