Los cines a cielo abierto registran un nuevo boom

Cine a cielo en el jardín de la sede de Regina, foto: Eva Dvořáková, ČRo

Los checos vuelven a redescubrir el encanto de los cines a cielo abierto. El interés por estos cines durante la temporada veraniega se hace patente sobre todo en ciudades más pequeñas.

Foto ilustrativa: archivo de Radio Praga
La historia de los cines a cielo abierto en Chequia se remonta a más de cien años. Uno de los primeros fue abierto en el barrio Žižkov, en Praga y pronto le siguieron muchos más. En los años noventa muchos fueron desapareciendo a raíz de la apertura de los multicines, que eran algo nuevo en este país.

Pasaron más de 20 años y los checos vuelven a redescubrir el encanto de los cines a cielo abierto, y éstos reaparecen a lo largo de todo el país, como sostiene Jaroslav Pecka, secretario de la Unión de Distribuidores Fílmicos.

”En los últimos años se va incrementando el número de los cines a cielo abierto. Esto se debe al hecho de que a las personas les atrae poder seguir filmes en la naturaleza y estos cines son también un lugar de encuentro con los amigos. Además, las nuevas tecnologías permiten realizar las proyecciones de las películas en cualquier lugar y en cualquier momento”.

De acuerdo con datos de la mencionada Unión, mientras que hace dos años había en la República Checa unos 160 cines a cielo abierto, el año pasado su número llegó a 250 y este verano su cantidad se calcula en más de 300.

Los llamados ‘cines de verano’ se abren mayormente en ciudades más pequeñas, donde hay una menor oferta de actividades culturales, y muchos tienen entrada libre, agrega Pecka.

”Los ‘cines de verano’ son atractivos y también ventajosos para los espectadores, ya que una tercera parte aproximadamente ofrece entrada libre. O sea que el espectador no paga nada. Es porque estos cines están en propiedad de las ciudades y pueblos y su funcionamiento se paga del presupuesto público”.

Para muchas ciudades pequeñas el tener su propio cine a cielo abierto llega a ser una cosa de prestigio. Tal es el caso por ejemplo, de la ciudad de Žamberk con algo más de 6.000 habitantes, situada en el noreste de Bohemia. Como recordara Daniel Kubelka, del centro municipal local de cultura FIDIKO, el ‘cine de verano’ funciona en esa localidad más de cinco años y el número de espectadores crece constantemente.

Cine a cielo en el jardín de la sede de Regina,  foto: Eva Dvořáková,  ČRo
”Este cine nos ayuda a promocionar el cine clásico local, pero sobre todo forma parte de nuestra oferta cultural en los meses de verano. Y registramos un gran éxito en cuanto al número de espectadores. Seguir la proyección de películas a cielo abierto les gusta tanto a los turistas que en verano visitan la ciudad, como a los habitantes locales”.

Según Daniel Kubelka, la mayoría de los espectadores checos prefieren películas de producción nacional y sobre todo comedias.

Varios cines a cielo abierto existen igualmente en Praga. Uno es propiedad de la Radiodifusión Checa y se encuentra en el jardín de la sede de su estación Regina, en el barrio de Karlín. Abrir el jardín al público en forma de un ‘cine de verano’ en el que además de proyecciones fílmicas podrían celebrarse conciertos fue decidido por la dirección de la Radio hace unos 16 años. El cine tiene una capacidad para 350 personas y con frecuencia suele suceder que no quedan asientos libres mucho antes de comenzar la proyección.

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