Los checos son gente de palabra
Hablar del carácter de una nación siempre es muy complicado, pero una cosa en la que casi todos los latinoamericanos coinciden es que los checos son gente de palabra. Mientras que en los países de habla hispana es muy frecuente dejarse llevar por el momento y muchas veces hablar por hablar, en la República Checa lo que se dice se cumple.
Esta mayor disposición a comprometerse es especialmente valorada por Santiago Fariña, un joven sociólogo argentino que vive desde hace dos años en Praga.
“Me gusta y me siento más cómodo porque en comparación con mi cultura siento que la gente acá es más formal, más respetuosa, a todo nivel. No solo es más formal en el trato sino que incluso en sus acciones cotidianas. Son formales y se puede esperar de un checo que cumpla con su palabra. Y eso me gusta. Es una sensación, claro”, explicó Santiago.
En la República Checa las palabras no se las lleva el viento, y aunque esto quizás pueda tener también sus contras, es indudable que permite planificar mejor el trabajo o incluso el tiempo libre. Laura Delgado es colombiana, estudia en la Facultad de Cine y Artes Escénicas de Praga (FAMU) y ya ha tenido ocasión de apreciar la firmeza de la palabra checa.
“Si por ejemplo yo le digo a un checo: vamos a trabajar en este proyecto, solo que tenemos la grabación en seis meses. Yo, digamos, no me veo con ese camarógrafo en esos seis meses, pero una semana antes él aparece. ‘Bueno, cómo vamos a organizar y lo que tenemos que hacer’. O sea, la fuerza de la palabra es muy fuerte”, insistió Laura.
En Hispanoamérica todo es más inmediato, y lo dicho se olvida más fácilmente, el tiempo simplemente fluye y nos arrastra. En la República Checa uno es más responsable de su tiempo y, por tanto también más fiable.