Los checos son consumidores apasionados de chicles

Foto: CTK

Hay quienes lo mascan por costumbre, por combatir el hambre o simplemente porque lo consideran un antiestrés. El chicle está, sin duda, entre las golosinas más vendidas del mundo y los checos ocupan un puesto privilegiado en la tabla de consumo de este artículo en Europa. Sobre el hábito de mascar chicles conversamos en este A Toda Marcha con checos de distintas edades y profesiones.

Foto: CTK
Mascar chicle es cada vez más popular en la República Checa. Según un reciente sondeo realizado por la compañía Wrigley, los checos consumen unos 200 chicles por persona al año. Un 70 por ciento de los checos masca chicle a diario y en total se gastan más de 80 millones de euros anuales en goma de mascar.

La mayoría de los checos masca chicles para mantener un aliento fresco como, por ejemplo, Jan, de 35 años, empleado de una aseguradora.

“El principal motivo porque uso chicles es para tener un aliento fresco. Recuerdo que una vez me lo recomendó el médico para reforzar los músculos faciales tras haber superado una infección, pero fue un caso excepcional”, indica Jan.

Muchos confían en las recomendaciones de los estomatólogos y mascan para prevenir las caries dentales. Uno de ellos es Petr, abogado de 37 años.

“Es agradable usar el chicle después de comer cuando uno no tiene la posibilidad de limpiarse los dientes. También es bueno para mantener la higiene bucal. O, por lo menos, así lo presentan los anuncios y lo recomiendan los expertos en estomatología”, sostiene Petr.

Los beneficios de mascar chicle sin azúcar para la salud bucal los confirma la estudiante de estomatología, Markéta, de 25 años.

“Usar chicles es bueno para los dientes por dos motivos principales: primero, mascar chicle ayuda a eliminar los restos de comida y la placa dental; y segundo, aumenta la producción de saliva con lo cual se incrementa el pH en la cavidad bucal y así se previene la caries dental”, señala Markéta.

Los científicos del mundo compiten por descubrir nuevos aportes de la goma de mascar. Recientes estudios demuestran que masticar incrementa la cantidad de oxígeno que llega al cerebro lo que puede mejorar la función de la memoria y aumentar la concentración.

El chicle tiene su puesto también en el mundo de las dietas, ya que elimina la sensación de hambre y reduce el antojo de dulces. Y, ¡ojo!, mascando chicle a diario supuestamente pueden gastarse hasta mil calorías al mes.

Mientras que hace 20 años era imposible imaginarse gente mascando en los medios de transporte, en un restaurante o en un cine, hoy resulta de lo más normal. Incluso a los alumnos de algunas escuelas ya se les permite usar chicles en las clases, según afirma Anna, profesora de 52 años.

“Puesto que yo misma uso chicles a menudo, se lo permito también a mis alumnos. Sólo en caso de que jueguen con el chicle y molesten a los demás, les obligo a tirarlo a la basura”, sostiene Anna.

Para tenerlo claro, consultamos el uso de goma de mascar en público con Ladislav Špaček, reconocido especialista en etiqueta checo, quien nos respondió: “Se permite usar chicles en actividades sociales siempre que no se note. Si se nos acerca alguien en busca de conversación, sacamos el chicle de la boca discretamente, lo envolvemos en una servilleta y lo tiramos. Si no alcanzamos hacerlo, simplemente lo tragamos”.

Volviendo a las estadísticas, los irlandeses y los eslovenos lideran la tabla de consumo de chicles en Europa. Los estadounidenses, con un promedio de 50 chicles por persona y mes, conservan la primacía a nivel mundial. España y la República Checa son los dos países europeos en los que, desde 2006, el cien por ciento de los chicles consumidos son sin azúcar.