Los checos por el restablecimiento de la pena capital

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A quince años de la supresión en la República Checa de la pena capital, la mayoría de los ciudadanos afirma estar a favor de su restablecimiento.

En la antigua Checoslovaquia, entre 1945 y 1989 fueron condenadas por los Tribunales y posteriormente ejecutadas más de mil 200 personas durante la existencia de la pena de muerte en el país. En mayo de 1990 el Parlamento checo suprimió la pena capital, aceptando las estipulaciones de la Convención Europea de los Derechos Humanos. Se trató de un importante paso político en un país que restablecía la democracia. La pena de muerte fue suprimida a pesar de que un 80 por ciento de los ciudadanos checos había insistido en su mantenimiento.

Pasados quince años, la postura de los checos frente a la pena capital no ha registrado ningún cambio radical. Según un estudio realizado recientemente por el Centro para el Sondeo de la Opinión Pública, un 66 por ciento de los checos apoyaría la reintroducción de la pena capital en el Código penal checo, para ser aplicada exclusivamente en casos de homicidios brutales.

Según el autor del estudio, Jan Cervenka, a favor de la pena de muerte se pronuncian sobre todo personas de avanzada edad y ciudadanos con instrucción escolar básica.

"Desde el punto de vista político, el restablecimiento de la pena máxima es apoyado mayormente por personas de izquierda, o sea, los electores de los partidos Socialdemócrata y Comunista. Los seguidores de los partidos de derecha rechazan en mayor medida la pena de muerte", sostiene Jan Cervenka.

Los estudiantes y las personas con instrucción superior consideran que la existencia de la pena capital no conduciría a la reducción del número de homicidios. Esta opinión la comparte la mayoría de los políticos, quienes descartan la posibilidad de que la pena máxima vuelva a ser introducida en el Código Penal checo.