Los checos figuran entre las naciones europeas que más utilizan el celular

El avance científico-técnico actual se hace patente también en el rápido desarrollo de la red de telefonía móvil. En los últimos años, en Chequia los teléfonos celulares se han convertido en un artículo de necesidad, pero también de moda, tanto entre los adultos, como entre los niños.

Según un estudio publicado por el diario Lidové Noviny, los checos figuran entre las naciones europeas, que más utilizan el teléfono celular, además de los países bálticos. Más del 64 por ciento de los hogares se han desconectado en los pasados diez años de la red de telefonía fija y pasaron a utilizar los móviles. Jiřina, de la ciudad de Vyškov, al este del país, afirma que ello sucede por razones económicas.

“Muchas personas decidieron suspender sus líneas de teléfono fijo por considerarlas demasiado caras. Con mi familia también lo hemos hecho, pero por otro motivo. Hemos cambiado de vivienda y el nuevo lugar no estaba conectado a la red de telefonía fija. De otra manera creo que habríamos conservado nuestra línea”.

El bajo interés por las líneas de teléfono fijas es evidente también en Lituania y Hungría, donde las utiliza alrededor del 50 por ciento de los hogares, según sostiene el estudio en Lidové Noviny. Mientras tanto en Suecia sigue conectado a la red de telefonía fija el 97 por ciento de los hogares y en Alemania el 90 por ciento.

Por su parte, en la República Checa el 96 por ciento de los ciudadanos utiliza un teléfono celular. Pero, no todos se han identificado de inmediato con ese moderno dispositivo de telefonía inalámbrica, según confirma Petr, de unos cincuenta años, ebanista de la ciudad morava de Ivančice.

“Mi primera reacción a ese invento fue muy simple. Le dije a mi familia que si me compraban un móvil, éste comenzaría a sonar y yo no sabría qué hacer con él, lo tiraría en un balde con agua y acabaría con él de inmediato”.

Petr admitió que, pasado algún tiempo también él comenzó a utilizar el móvil, y que llegó a reconocer las ventajas de la telefonía inalámbrica.

”Aprendí a utilizar el móvil y me veo obligado a usarlo si quiero estar en contacto con mi familia. Por motivos de trabajo estoy fuera de

casa frecuentemente desde temprano en la mañana hasta tarde en la noche, y a veces varios días. El móvil me permite saber lo que pasa en casa”.

También a Jiřina le costó aprender a utilizar el celular. Ahora no sabe imaginarse la vida sin él. No obstante, a Jiřina no le gusta la amplia divulgación que tienen los móviles entre los escolares.

”No estoy del todo en contra de que los menores utilicen el móvil. Éste facilita que los padres estén informados sobre las actividades de sus hijos. Pero en las escuelas debería estar prohibido su uso, más cuando algunos alumnos lo utilizan para hostigar a sus compañeros o ridiculizar a sus profesores. Permitiría los móviles sólo en casos excepcionales”.

Petr opina que los niños contemporáneos tienen intereses muy limitados. En vez de salir a jugar fútbol, se entretienen con su móvil o navegando por Internet.

”Un niño menor de 12 años no necesita tener un móvil. En mis tiempos salíamos a jugar y a correr al campo, lo que era mucho más sano. Pero para mi hermano, que es mucho menor que yo, ya era un castigo tener que salir fuera de casa. Prefería sentarse a la computadora o se entretenía con juegos en su móvil”.

Según un estudio europeo, en Chequia el 82 por ciento de los niños menores de 16 años posee un celular, mientras que en Francia, sólo el 50 por ciento y en España el 48 por ciento de los menores. Además, la mayoría de los niños checos pide a sus padres cada dos años un móvil nuevo y más moderno, siendo el tipo y la marca del celular algo así como un asunto de prestigio entre los escolares. Los sociólogos advierten que ceder ante semejantes presiones significaría ayudar a crear un ambiente propicio para el chantaje y el matonaje escolar.