Legado de huéspedes portugueses en la Praga de los siglos XVII y XVIII

Estamos en los siglos XVII y XVIII. En 1640 Portugal se separa del Reino de España, convirtiéndose nuevamente en un Estado independiente. En 1700 muere Carlos II, el último Rey de España de la dinastía Habsburgo. En 1755 tiene lugar en Lisboa un horroroso terremoto que tiene una gran repercusión en todo el mundo. Éste es el marco histórico del siguiente relato sobre el legado de huéspedes portugueses en la Praga de los siglos XVII y XVIII:

Desde 1703 Portugal fue incorporado a la coalición antifrancesa integrada por Gran Bretaña, los Países Bajos y la Casa de Austria. Este hecho condujo a la intensificación de los contactos entre el Reino de Bohemia, gobernado desde Viena, y la parte lusa de Europa.

De los países de la Corona Checa se exportaba a Portugal el cristal de Bohemia y de Praga partían para Lisboa misioneros checo-alemanes de la Compañía de Jesús, quienes actuaban en distintas escuelas portuguesas y brasileñas, principalmente como astrónomos y matemáticos.

Algunos jesuitas checos trabajaban también en la India portuguesa. Por ejemplo, en la ciudad de Goa se alternaron en la dirección de la farmacia local varios boticarios que habían adquirido los conocimientos profesionales correspondientes en las ciudades de Ceský Krumlov y Brno.

En febrero de 1707 llegó a Praga una misión diplomática del Rey de Portugal, Juan V, con el objetivo de fortalecer sus relaciones con los Habsburgo de Viena por medio del matrimonio con María Ana, hija del Rey de Bohemia y Emperador romano-germánico Leopoldo I.

La delegación portuguesa estaba encabezada por Fernando Telles da Sylva, Marquéz de Villarmayor. Diez años más tarde, el capellán de dicha delegación, Francisco da Fonseca escribió un reportaje sobre este viaje, informando a los lectores de todos los países y ciudades visitados.

Se trata de la primera relación portuguesa sobre el Reino de Bohemia y su capital, Praga. La relación tiene un gran valor por describir detalladamente el colegio jesuita Klementinum, en Praga. En ella Francisco da Fonseca compara dicho instituto escolar con la Universidad de Coimbra.

Ya antes de su llegada a Praga los integrantes de la delegación habían entablado contacto contacto con el rector, Jan Miller, quien desde el Colegio Mayor enviaba a miembros de la Compañía de Jesús a las colonias españolas y portuguesas.

Fonseca conocía minuciosamente la historia de la fundación de la Universidad Carolina de Praga en 1348, y de los destinos de esa casa de estudios durante la guerra de los Husitas, que tuvo lugar en los primeros decenios del siglo XV se había expresado de manera crítica. También estaba muy bien informado de la administración de la Universidad, dividida por entonces en facultades seculares y religiosas.

Con ocasión de la visita portuguesa, el rector Miller ofreció en el gran refectorio del Klementinum un exitoso banquete. Los huéspedes admiraron en la biblioteca universitaria los viejos libros y manuscritos y la cámara de curiosidades.

El reportaje de Fonseca fue publicado en Viena por el embajador portugués de la estirpe Gomez da Sylva. Sin embargo, los archivos checos guardan también informes oficiales sobre la visita de la arquiduquesa María Ana, quien arribó a Praga procedente de Lisboa el 15 de julio de 1708. También la archiduquesa visitó el Klementinum, donde asistió a una pieza escenificada por los jesuitas.

En la historia checo-austríaca se destacó también el noble portugués, Manuel Telles da Sylva, quien se desempeñó en el ejército imperial bajo el mando del príncipe Eugenio de Savoya. Pero en el ejército actuó todavía otro portugués de de igual nombre, y por lo tanto, Manuel aceptó el predicato "da Sylva de Taroucca".

Así como el príncipe Eugenio de Savoya, también Manuel se interesaba por las relaciones económicas con Brasil y la India portuguesa. Por ello, desde 1731 trató con el empresario de Lisboa, Luis de Maciel, sobre el intercambio comercial entre el mundo luso y los países de la Corona Checa. Posteriormente, abandonó el servicio militar dedicándose exclusivamente al trabajo en los órganos estatales.

Manuel Telles da Sylva de Taroucca ejerció finalmente como importante asesor del emperador Calos VI y de su hija, la empeatriz María Teresa. De este modo, se convirtió en fundador de la rama checa de la estirpe Sylva-Taroucca que pasó a tener su sede en la localidad morava de Cechy pod Kosírem.

De los descendientes de Manuel, Federico y Emanuel se incorporaron activamente al movimiento de renacimiento cultural y político de la nación checa en el siglo XIX.

Emanuel da Sylva-Taroucca puso su palacio a disposición del Museo Nacional de Praga, y fue presidente de la exposición etnográfica que tuvo lugar en la capital checa en 1895. Al mismo tiempo, comenzó a construir en Pruhonice, uno de los suburbios capitalinos, un parque natural que en la actualidad sigue siendo una de las obras cumbres de la horticultura europea.

Autor: Vít Urban
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