Las vanguardias checas y sus problemas

En la mayoría de los países de Europa y América, las denominadas vanguardias artísticas desempeñaron un importante papel. Lógicamente, en cada lado del Atlántico adquirieron diferentes matices, lo que obedece a la propia noción de "vanguardia". Los vanguardistas se imponían tanto en la literatura, como en la pintura, la música, la arquitectura, etc.

El vanguardismo se desarrolla principalmente en el periodo entre las dos guerras mundiales, llegándose a identificar muchas veces con las tendencias de izquierda, concretamente con las de orientación prosoviética. Y de ahí surgieron las críticas y actitudes negativas frente al legado del vanguardismo, manifestadas sobre todo después de la segunda guerra mundial. ¿Cuál fue la trayectoria de la vanguardia checa?

La vanguardia checa entre las dos guerras mundiales siempre fue y sigue siendo un tema de gran polémica. Durante su existencia se sintió incomprendida, indeseada y alienada en el contexto mundial. No pudo cumplir sus sueños porque tuvo que luchar para transformar su entorno. Le faltó tiempo y su vida concluyó junto con el régimen democrático en 1938.

Aunque creía que emprendía los ideales de Marx y Lenin, después de la segunda guerra mundial fue anatemizada por los comunistas como un movimiento formalista, individualista, antipopular y arbitrario. Sólo durante los años sesenta volvió a vivir un breve momento de gloria como fuente de espontaneidad y libertad.

Sin embargo, ya en aquel entonces el famoso historiador de arte checo, Jindrich Chalupecky, personalidad de gran prestigio que nunca comulgó con los comunistas, destacaba algunos aspectos oscuros del ídolo vuelto a nacer. A los vanguardistas checos, identificados principalmente con el surrealismo y el denominado poetismo, los caracterizaba como grupos militantes, ambiciosos y dogmáticos dominados por el vaivén de las modas artísticas y filosóficas de Europa.

Por su parte, los posmodernistas actuales condenan a la vanguardia checa no por su formalismo, sino más bien por sus orientaciones ideológicas que de cierta manera contribuyeron a la imposición del totalitarismo en la antigua Checoslovaquia. Cada uno tiene su dosis de razón.

Hace siete años, en la atmósfera de una euforia que todavía perduraba después de la caída del Muro de Berlin en 1989, se llevó a cabo en Praga una conferencia sobre el legado de la vanguardia checa. Su resultado fue muy interesante, sobretodo porque no se alcanzó una conclusión concreta. La polémica verso en torno a la definición del vanguardismo y su relación hacia el marxismo.

La discusión de los expertos checos se centró sobre los aspectos ideológicos de la vanguardia, su militancia social a favor de las ideas comunistas y también en el hecho de que no todos los vanguardistas consintieron dicha orientación. A:- En la esfera del arte, los nombres incluidos en esta polémica son, por ejemplo, Frantisek Kupka, Vojtech Preissig o Frantisek Drtikol. Por su parte, en la esfera literaria, la orientación surrealista-procomunista de los vanguardistas fue representada por el teórico Karel Teige y el poeta Vítezslav Nezval.

Después de la sovietización de Checoslovaquia en 1948, Karel Teige terminó totalmente excluido de la órbita oficial del Partido Comunista, mientras que Vítezslav Nezval renunció a su pasado artístico, convirtiéndose en uno de los poetas privilegiados del régimen comunista.

La historia y el legado de la vanguardia checa son multifacéticos. Podemos sentirnos indignados por sus actitudes ideológicas, pero algunas de sus conquistas netamente artísticas perduran. Tal vez no se trate tanto de los errores de la vanguardia como manifestación artística, sino más bien de la debilidad general del hombre y de la sociedad. Muchas veces se le reprocha a la vanguardia las faltas que no le son propias sino nuestras.

También en ocasiones el pensamiento actual prefiere los criterios colectivistas y de masas. La superproducción de las ideas y su consecuente devaluación en la práctica no finalizaron con la vanguardia. También el mundo actual requiere de programas e ideologías.

Podemos solamente intuir que se trata de un profundo anhelo por la verdad, rechazada por los europeos modernos. En lugar de ello, se construyen verdades pequeñas, basadas en los materiales baratos que ofrece el mundo actual y que se encuentran a nuestro alcance.

Estas fueron las palabras pronunciadas en la mencionada conferencia por la historiadora del arte checo, Pavla Pecinková. Sus palabras, que no se limitan sólo al contexto checo, merecen nuestra reflexión - y en especial, en los umbrales del Tercer Milenio.

Autor: Vít Urban
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