“Las microfinanzas deberían tener un sello latinoamericano”
“Pequeñas inversiones para grandes cambios”. Este lema marcó la segunda edición de la 'Conferencia de Emprendimiento y Microfinanzas', realizada recientemente en Praga a fin de acrecentar en la República Checa el concepto de apoyo a los pequeños empresarios y la lucha contra la pobreza a través de micropréstamos. Entre los conferenciantes se presentaron también microfinancieras de Chile y México, que dieron a Radio Praga más detalles sobre el funcionamiento de esta alternativa inversionista en sus países, y en Latinoamérica en general.
Este concepto de apoyo al emprendimiento y desarrollo regional se basa en otorgar pequeños préstamos y asesoramiento a personas con escasos recursos económicos, que se ven excluidos del sistema de prestaciones tradicional.
En varios países de América Latina este modo de financiaciónse ve cada vez más asentado, según afirma Claudia Revilla Ostos, directora de una institución mexicana cuya actividad se enfoca a la mejora económica mediante créditos, asesoría y servicios de ahorro.
“Creo que hablar de América Latina sin pensar en microfinanzas sería un error. Los países de Latinoamérica seguimos con grandes rezagos y profundas desigualdades, más allá de que hemos sido países colonizados. Esto se ha generado históricamente; un desarrollo muy desigual en todas las regiones. Por esto, las microfinanzas prácticamente deberían tener un sello latinoamericano. Si bien tenemos los hombres más ricos dentro de la región, tenemos millones de pobres”.
“En Chile son las pequeñas empresas que generan la mayoría de los puestos de trabajo“
Combatir la pobreza a través de la creación de nuevos puestos laborales e impulsar el desarollo económico regional son los objetivos claves de este tipo de emprendimiento. Así lo afirma Zunilda Vergara Monsalve, trabajadora de una institución chilena enfocada en el apoyo del emprendimiento de personas procedentes de sectores vulnerables a través de microcréditos productivos.
“Al menos en Chile, cerca del 96%, del trabajo se genera a través de pequeñas empresas. Las grandes transnacionales lo que hacen es generar quizás ventas más altas, pero con muy poca generación de trabajo. Si estás generando trabajo, estás mejorando la calidad de vida de las personas, porque pueden compatibilizarlo con su familia”.Quizás es esta una de las razones que lleva a cada vez más mujeres a optar por esta alternativa de inversión. En los países de la Unión Europea la mayoría de las microempresas están encabezadas precisamente por las damas.
“Lo que permite el emprendimiento es compatibilizar la vida familiar con una fuente de ingreso. Lo que entrega es trabajo flexible; tú puedes criar a tus hijos, estar cerca de ellos y a la vez generar ingresos que generen un círculo virtuoso. Tus hijos te ven trabajando y ellos mismos van desarrollando la idea del emprendimiento”, indicó Zunilda Vergara.
Innovar y sustentar
Según indica Claudia Revilla, entre los mayores retos para llevar exitosamente a cabo un proyecto empresarial son la sustentabilidad y la innovación. Y siempre hay que tener en cuenta las necesidades del ámbito regional.“Hay mucho riesgo no solo para la microfinanciera sino incluso para la microempresaria, porque no encuentra el producto ideal. Es una labor a la que uno tiene que irse adaptando, tropicalizar y entender las prácticas de otros países ,pero anclarlas dentro de la realidad del contexto de no solamente un país sino también dentro de las regiones del mismo país. En caso de México, el sur es completamente distinto al norte. El sur tiene población básicamente indígena, mientras que el norte está mucho más influenciado por Estados Unidos. Es un gran reto poder tener esta diversidad”.
El papel del Estado es fundamental
La participación del Estado en el desarrollo de esta alternativa inversionista es fundamental, basándose en el establecimiento de una base regulatoria
“La decisión que tomen los gobiernos de cómo promover este tipo de segmento se hace muy relevante. En relación primero a la tasa, y también al financiamiento. Cómo se consigue financiamiento blando para instituciones de este tipo son las dos líneas principales de que los gobiernos tienen que hacerse cargo”.
Otorgar los préstamos por parte del propio Estado no resultó exitoso en México, por lo cual el Gobierno concordó una alianza con el sector privado, que se convirtió en el intermendiario final de los recursos estatales, afirma Claudia Revilla.
“En países como los latinos se ha generado mucho el tema del paternalismo. Entonces cuando el Estado propiamente quiere brindar microcréditos, es un fracaso, porque la gente no paga. Lo considera como subsidio, y entonces se desvirtúa el proceso del microcrédito. El Estado lo que tiene que hacer es facilitar vía regulación para no seguir encareciendo el microcrédito y promoverlo porque el tema de tratar la pobreza con programas asistenciales no lleva a ningún lado. Se tienen que generar mecanismos de corresponsabilidad como es el microcrédito y se tienen que dar insumos para que la gente salga por sí misma. No estarles dando cada seis meses su despensa o su dinero para que puedan sobrevivir, esto no lleva a ninguna parte”.Tras 14 años de experiencia en el mundo microfinanciero, Claudia lo define como una industria. Sin embargo reconoce que para darle la oportunidad a millones de personas económicamente desfavorecidas y posicionarlo como una alternativa de banca tradicional todavía hay que recorrer un camino largo.
“Con tanta población que tiene México, todavía falta mucho que hacer si hablamos de 14 millones de personas que siguen siendo excluidas. Nos falta mucha creatividad todavía para comprender la actividad productiva a la que se dedican para ya no solo cambiar la metodología de lo grupal a lo individual, sino también entender plazos respecto a la actividad productiva a la que se refieren. Es decir, a alguien que vive del turismo se le tendría que aplicar un microcrédito que se detone dentro de los plazos de las vacaciones, por ejemplo. Donde tú puedas cobrar y dispersar en este mismo entorno productivo. No puedes cobrarle a una persona que está sembrando, si todavía no cosecha”.
En la República Checa el concepto de microfinanciación todavía no ha echado raíces a diferencia de otros países europeos como España y Alemania. Los organizadores de la conferencia consideran que este concepto inversionista tiene gran potencial en el ámbito checo y es capaz de desarrollar la economía sobre todo en regiones con alto desempleo y en localidades socialmente excluidas.