La República Checa y el tráfico de mujeres

En la República Checa anualmente se le concede asistencia a unas 50 mujeres que han sido víctimas del tráfico de mujeres. Los expertos indican no obstante, que el número total de mujeres afectadas es en realidad mucho mayor. También en este país la trata de blancas se convirtió en buen negocio y combatirlo resulta igual de difícil como en el caso del narcotráfico.

Sobre el tema conversamos en A Toda Marcha con Klára Skrivánková, de la organización La Strada, que brinda asistencia en la República Checa a las mujeres que han sido víctimas de la trata de blancas y del mercado del sexo.

No se puede decir que el tráfico de mujeres sea algo totalmente nuevo. Entre la Primera y la Segunda guerras mundiales en Checoslovaquia ya existía una Oficina encargada de ese asunto. Lo cierto es que durante la era del comunismo el tráfico de mujeres no proliferaba en este país. Con los cambios democráticos, a principios de los años 90, junto con lo positivo nos vimos enfrentados a ciertos fenómenos negativos y, entre ellos, al auge de la trata de blancas en estas latitudes.

Klára Skrivánková sostuvo que, mientras que las checas son solicitadas en países de Europa Occidental especialmente, en la República Checa se convierten en esclavas del sexo mujeres de países asiáticos, así como rusas, ucranianas, búlgaras y rumanas.

La coordinadora de La Strada rechaza las opiniones de que sean las propias mujeres las culpables de convertirse en blanco de los tratantes de blancas. Afirma que difícilmente alguien aceptaría que se le trate como a un esclavo, que no tenga ningún derecho. Las mujeres suelen ser engañadas, se les ofrece otro tipo de trabajo, frecuentemente en el exterior y con buenas ganancias, indica Klára Skrivánková. Tampoco admite que exista un tipo generalizado de víctimas de este negocio.

Es muy complicado hablar de víctimas típicas. Sí, existen grupos que podríamos caracterizar de más amenazados, que son por ejemplo, mujeres de familias incompletas o educadas en establecimientos sociales. Pero debo decir que entre las mujeres que solicitaron nuestra asistencia figuran también chicas de buena familia y con instrucción superior.

Las mujeres que se convierten en blanco de este tipo de crimen suelen tener entre los 18 y los 30 años de edad, pero la mayoría son jóvenes de alrededor de los veinte. La organización La Strada que originalmente surgió en los Países Bajos, ayuda a las mujeres a acabar con esa vida y liberarse de sus esclavistas, subrayó Klára Skrivánková. En la República Checa, La Strada existe desde 1995, siendo financiada por fuentes privadas y por programas de la Unión Europea.

La organización La Strada mantiene contactos con la policía checa, que le ayudan a enterarse de nuevos casos de la trata de blancas. Debo decir que actualmente la cooperación con la policía es bastante buena. Pero no se debe olvidar que nuestro trabajo es diferente al de esa institución. Ellos se centran en la lucha contra los miembros de los grupos organizados de trata de blancas, mientras que a nosotros, en primer lugar, nos interesan las víctimas.

Klára Skrivánková aclaró que La Strada ofrece ayuda tanto a checas como a extranjeras. A las mujeres que han sido víctima del tráfico de personas les ofrecen refugio temporal, asistencia médica y social, les ayuda a recuperar su documentación y a regresar a la vida normal, lo que no siempre resulta fácil.

Las vivencias de muchas de esas mujeres dejan en ellas huellas tan profundas, que les resulta muy difícil regresar a la vida normal. El que no tiene conocimientos más amplios del tema, no se puede imaginar todos los problemas internos y externos de esas mujeres. Muchas incluso no logran adaptarse nuevamente a la vida normal y con frecuencia vuelven, pero ya por voluntad propia, al mercado del sexo.

En A Toda Marcha hemos conversado con Klára Skrivánková de la organización no gubernamental La Strada de la República Checa que ayuda a las mujeres víctimas de la trata de blancas.

¿Y, qué opinan ustedes, amigos, del tema?