La República Checa necesitará mano de obra del exterior
Según las estadísticas la nación checa progresivamente empieza a desaparecer. Resulta que los índices demográficos advierten que dentro de treinta años, el mercado de trabajo checo verá la falta de casi medio millón de personas en edad productiva. Pese a que el plazo de treinta años puede parecer bastante lejano, el Ministerio de Trabajo y Asuntos Sociales empieza hoy en día a dedicar suma atención a este serio problema.
Según personeros de dicho ministerio, se ofrecen tan sólo dos soluciones a este problema. Para que las próximas generaciones productivas logren asegurar pensiones a los futuros jubilados será necesario aumentar el límite de edad de jubilación, o, según el ejemplo de los países comunitarios, atraer mano de obra cualificada desde el exterior, posibilitándoles la integración a la sociedad checa.
La segunda solución fue aplicada con éxito en otros países europeos. Sin embargo, en la nación checa su aplicación requeriría además cambiar la relación de sus habitantes hacia los extranjeros, la que tiene importantes cuotas de xenofobia.
La idea del ministerio de atraer al país mano de obra cualificada desde el exterior encontró repercusión positiva entre los legisladores checos. Los parlamentarios aseguran serán necesarios empleados cualificados por el tema de la expansión económica de la República Checa en su futura entrada a la Unión Europea.
"Sin embargo, queremos impedir la invasión masiva de extranjeros al país", aseguran los diputados, remiténdose al documento del Ministerio de Trabajo sobre los principios de elección de empleados cualificados, que pronto debería ser debatido por el Gobierno. El sistema propuesto debería basarse en cuotas limitadas y condiciones estrictamente claras, conducentes a la elección de gente joven, con buen entrenamiento o cualificación en su oficio y con capacidad de integrarse a la sociedad checa. El conocimiento del idioma checo u otros idiomas sería también importante. La residencia permanente de los ciudadanos extranjeros en el país culminaría con la concesión de la ciudadanía checa.