La política de Putin frente a Ucrania daña el comercio checo

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Los hoteleros y otros empresarios checos siguen con preocupación la situación en Ucrania. La crisis en ese país y la política practicada por Moscú frente a esos sucesos comienza a afectar seriamente el intercambio comercial entre la República Checa, Rusia y Ucrania.

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Rusia es el mayor socio comercial de Chequia entre los llamados terceros países y un lugar no menos importante lo ocupa Ucrania. El valor de las mercancías que las empresas checas exportan anualmente a Rusia alcanza unos 4.240 millones de euros y las exportaciones a Ucrania llegan a 1.220 millones de euros. Sin embargo, la actual crisis política en Ucrania repercute negativamente en el intercambio comercial checo con esos dos países. Por ejemplo, la empresa automovilística Škoda Auto tuvo que reducir el monto de la producción en Ucrania.

Los impactos de la crisis ucraniana se sienten también en el sector turístico. A raíz del desinterés de los viajeros, las Aerolíneas Checas suspendieron sus vuelos entre Praga y la ciudad de Odesa, sostiene Daniel Šabík, portavoz de Aerolíneas Checas.

”Las Aerolíneas Checas reaccionaron de esta forma a la brusca reducción de la venta y la reservación de los pasajes para los vuelos a Odesa, así como en dirección opuesta. A raíz del desarrollo de la situación en Ucrania, el interés por esos vuelos alcanzó su mínimo histórico absoluto”.

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El año pasado esos vuelos los utilizaron miles de personas a la semana. Las eventuales sanciones de Europa contra Rusia podrían repercutir negativamente también en los vuelos entre Chequia y Rusia. Y en vista de que los rusos son los visitantes extranjeros que más viajan a la República Checa, se reduciría también el número global de los viajeros que llegan al Aeropuerto Václav Havel, de Praga y los ingresos del sector turístico y comercial en la República Checa, sostiene el analista Petr Kováč.

”Las líneas aéreas son el primer indicador de que algo está pasando en el mundo, ya se trate de catástrofes naturales o de la inestabilidad política. Eso lo vemos ahora en el caso de Ucrania cuando las Aerolíneas Checas suspendieron los vuelos a Odesa y registran asimismo una reducción del interés por los viajes entre Praga y Moscú. Además, el mundo del turismo y de los negocios está entrelazado, las aerolíneas, los hoteles, los comercios y también las diferentes empresas productivas. Las eventuales sanciones de Europa contra Rusia podrían afectar seriamente todo el intercambio comercial entre los países europeos y Rusia”.

Asimismo las aseguradoras en Chequia anunciaron que hasta que la situación en Ucrania no se estabilice, no brindarán garantías a nuevos proyectos en ese país, así como el Banco de Exportaciones Checo no quiere financiar nuevas inversiones allí.

Las empresas de construcción locales que emplean a miles de obreros ucranianos temen por su parte que la eventual movilización en Ucrania les prive de esa mano de obra barata.

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También los políticos checos siguen con preocupación la situación en Ucrania y las tensiones con Rusia. El presidente del Senado checo, Milan Štěch, comparó los sucesos en Crimea y los deseos de los habitantes de nacionalidad rusa por la anexión de esa región a Rusia con la situación en las zonas fronterizas occidentales de Checoslovaquia en el año 1938. Entonces gran parte de los habitantes de nacionalidad alemana de esas zonas, llamadas Sudetes, pedían su anexión a Alemania.