La Policía checa dice que se ha triplicado el número de personas que llegan ilegalmente al país

Foto: ČTK

La Policía Checa informó que en las últimas semanas se ha triplicado el número de personas que ingresan ilegalmente al país. En la mayoría de los casos los inmigrantes son detenidos en trenes procedentes de Austria y Hungría, según indicaron fuentes policiales.

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La oleada de inmigrantes que escogen a Europa como un destino seguro empieza a convertirse en un gran desafío para los Veintiocho. Bruselas anunció este lunes que con el fin de reunir información sobre los traficantes de personas utilizará barcos de guerra, drones, helicópteros y submarinos.

La República Checa de lejos no llega a las cifras de inmigrantes que arriban a Grecia, Francia o Italia, pero ha notado un aumento del número de personas que ingresan de manera ilegal al país. Razón que llevó a incrementar los controles, según indicara la portavoz de la Policía de Extranjería, Kateřina Rendlová.

“Las medidas de control se aplican en todas las regiones del país. Especial atención se presta, por ejemplo, a la región de Vysočina, cercana a la frontera con Austria, desde donde llega el mayor número de inmigrantes”.

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La difícil situación que vive Europa se empieza a reflejar cada vez en más países y Chequia no es la excepción, subrayó Rendlová.

“La Policía de Extranjería intensificó sus operativos ya a finales del año pasado. En los primeros cinco meses del año en curso detuvo a 2.500 inmigrantes ilegales, lo que representa un aumento del 42% en comparación con el año anterior”.

La Policía de Extranjería reportó que del 15 al 22 de junio fueron detenidas 96 personas, o sea el triple del número de la cifra de semanas anteriores. Los inmigrantes son principalmente de Siria, acotó la portavoz policial.

“En la mayoría de los casos se trata de personas de Siria, Afganistán e Irak. Un número menor procede de Somalia, Sri Lanka, Gambia y Paquistán. Y lo más frecuente es que ingresen al país desde Austria”.

Foto: Giorgos Moutafis
Por su parte, el capítulo checo de Amnistía Internacional presenta en Praga una exposición del fotógrafo griego Giorgos Moutafis que trata de demostrar que el problema de la inmigración va más allá de los números y las cantidades.

Se trata de una tragedia humanitaria, de personas con nombres y apellidos, y de miles de muertos que han terminado en el fondo del mar. Europa se enfrenta a la mayor avalancha migratoria después de la Segunda Guerra Mundial y muchos gobiernos europeos han apostado por la solidaridad, uno de los principios fundamentales de la Unión Europea.