La Oficina Estatal de Seguridad Nuclear checa condena el ataque ruso contra la planta de Zaporiyia en Ucrania
El ministro de RR.EE. checo, Jan Lipavský, condenó el ataque de Rusia a la planta nuclear de Zaporiyia en Ucrania. Subrayó que se ha tratado de un acto irresponsable y peligroso.
Los gobiernos de los países democráticos del mundo han condenado de manera contundente el ataque perpetrado por Rusia contra la planta nuclear Zaporiyia. Con sus acciones, el Kremlin ha atentado contra la seguridad de la población civil europea.
El jefe de la diplomacia checa, Jan Lipavský, indicó que se encontraba conmocionado por el ataque sin sentido, irresponsable y peligroso a la planta de energía nuclear de Zaporiyia. Una fuga de radiación pondría en peligro a toda Europa, subrayó Lipavský.
En declaraciones a la Radio Checa, la jefa de la Oficina Estatal de Seguridad Nuclear checa, Dana Drábová, dijo que ha ocurrido algo inimaginable.
“En mi vida común y corriente, que se derrumbó en la madrugada del viernes, no se atacaban las plantas nucleares, porque se trata de una violación de las Convenciones de Ginebra para la protección de la población civil en caso de un conflicto bélico”.
De acuerdo con la máxima responsable de la seguridad nuclear del país, no es la primera vez que Rusia viola este convenio internacional.
“Rusia ha violado en más de una oportunidad las Convenciones de Ginebra. Se trata de convenios que incluyen reglamentos sobre la protección de aquellos inmuebles o instalaciones que puedan representar un peligro en caso de un conflicto bélico”.
La experta comentó que el derecho internacional busca ofrecer a la humanidad ciertas garantías de seguridad como, por ejemplo, que las plantas nucleares no se atacan, pero en el caso de Putin, desgraciadamente no podemos fiarnos.
Las Convenciones de Ginebra surgieron como una herramienta para regular el derecho internacional y proteger a las personas que no participan en las hostilidades de un conflicto armado. Entre otras cosas se indica que los bandos enfrentados deben proteger y respetar a los civiles así como al personal médico, sanitario y religioso.
Al referirse a las consecuencias del ataque a la planta nuclear de Zaporiyia, la experta Drabová resaltó que se trata de una central vital para el abastecimiento de energía en Ucrania.
“Un problema grave para Ucrania puede representar el hecho de que se trata de una planta muy importante en la red energética del país. En caso de que la apaguen, mucha gente se quedaría sin luz”.
Partiendo de las informaciones del regulador estatal nuclear ucraniano los reactores se mantienen intactos y no se ha registrado ninguna fuga de radiación. No obstante, los soldados de Putin controlan ahora la central más grande de Europa.
El presidente ucraniano, Volodímir Zelenski, advirtió a la opinión pública que lo ocurrido en Zaporiyia es parte de la política de terrorismo nuclear del Kremlin y recordó que en Ucrania hay un total de 15 centrales nucleares que pueden convertirse en blanco de los agresores rusos.
Varios representantes políticos checos han levantado su voz para condenar una vez más la brutal agresión de Rusia contra Ucrania. El viceprimer ministro, quien es a la vez ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, Marian Jurečka, dijo vía Twitter que el presidente ruso se ha convertido en un criminal de guerra y un bandido.
El jefe de la bancada del democristiano Partido Popular, Marek Výborný, escribió que el presidente ruso, Vladimir Putin, debe asumir personalmente todas las consecuencias, porque atacar una planta de energía nuclear es un acto de terrorismo nuclear internacional.
La ministra de Defensa, Jana Černochová, adelantó que como parte del fortalecimiento del ala oriental de la OTAN, su cartera se estaba preparando para enviar tropas a Eslovaquia. Según ella, se debe establecer un grupo de combate cerca de la frontera con Ucrania, y además de los soldados checos y eslovacos, también habrá unidades de Hungría, Rumania y Bulgaria. Chequia enviaría a unos 400 soldados, indicó la ministra y agregó que el Gobierno aprobó otro envío de armas a Ucrania.
A nivel de todo el país siguen funcionando los programas para la atención de refugiados ucranianos y la población mantiene firmes sus actividades de solidaridad como colectas de dinero y el envío de ayuda humanitaria.