La movilidad de la mano de obra como un instrumento contra la crisis
Los ministros de Trabajo y Asuntos Sociales de la Unión Europea, reunidos a finales de la semana pasada en el balneario checo de Luhačovice, coincidieron en que la movilidad de la mano de obra podría ser uno de los instrumentos para hacer frente a la crisis.
Los participantes en la sesión informal de Luhačovice, al este de la República Checa, destacaron que de cara a la crisis financiera y económica mundial es necesario impulsar una mayor movilidad de la mano de obra. El ministro de Trabajo y Asuntos Sociales checo, Petr Nečas, señaló que una mayor flexibilidad en ese tema podría ayudar a aminorar los impactos de la crisis en la economía de los países de la Unión Europea.
“Desde este punto de vista resalta la importancia de la movilidad profesional y geográfica, pero hay que tomar en cuenta también sus aspectos sociales. El cambio de profesión, el cambio de domicilio relacionado con un nuevo trabajo, son posibilidades que podrían brindar una perspectiva a las personas que se encuentren sin empleo”, dijo Nečas.
En el encuentro de los ministro de Trabajo y Asuntos Sociales, la presidencia checa de la Unión Europea planteó también el tema de la jornada laboral máxima. Se trata de hallar un compromiso a la directiva del Parlamento Europeo que establece la jornada laboral máxima de 48 horas por semana, señaló el ministro checo de la cartera, Petr Nečas.
“La propuesta de compromiso admite el aprovechamiento del opt-out, el acuerdo voluntario del trabajador con la superación de la jornada máxima de trabajo. Su aplicación es esencial por ejemplo, para los médicos, los bomberos y policías y está permitida por la ley en 15 de los 27 países comunitarios”, dijo Nečas.España y Grecia, por ejemplo, están en contra de ese mecanismo, mientras que Alemania, la República Checa y Francia quieren que el tema sea planteado nuevamente en el Parlamento Europeo.
Los ministros de Trabajo y Asuntos Sociales de los Veintisiete debatieron asimismo el libre acceso a los mercados de trabajo en el marco de la Unión Europea. Petr Nečas recalcó que no hay razón alguna para que se mantengan las barreras para los ciudadanos de los nuevos países comunitarios, incluida la República Checa.
“Los argumentos que presentan los países que mantienen esas barreras son de carácter político. No existen motivos económicos ni sociales para la aplicación de las restricciones, más bien, todo lo contrario. La presidencia checa de la Unión Europea persigue la eliminación total de esas barreras”.
Los búlgaros y rumanos no tienen acceso a los mercados de trabajo de diez países comunitarios. En el caso de los checos las barreras las aplican Austria, Alemania, Bélgica y Dinamarca. Este último país prevé abolir las restricciones en mayo próximo. Austria y Alemania quieren aprovechar al máximo el período de transición y proteger su mercado laboral hasta abril de 2011. Sin embargo, Alemania aflojó las barreras. A partir del uno de enero de este año pueden trabajar en ese país los checos con formación superior.