La médica checa Vlasta Kálalová fundó en 1925 un hospital en Bagdad
La médica checa Vlasta Kálalová era frecuentemente apodada Alberto Schweizer con falda. Esta extraordinaria mujer fundó en 1925 un hospital en Bagdad que dirigiría durante siete años.La doctora Kálalová dominaba catorce lenguas, pero después de la Segunda Guerra Mundial se negó rotundamente a hablar alemán, alegando:"Este idioma lo hablaban los asesinos de mis hijos".
Vlasta Kálalová nace en 1896 en la pequeña ciudad de Bernartice, en Bohemia del Sur, en la familia de un maestro. Pronto queda evidente su excepcional vocación lingüística. Cuando empieza a estudiar en Praga Medicina, ya domina el inglés, el francés, el ruso, el italiano, el español, el alemán y el turco.
Después de asistir a una conferencia del profesor Jaroslav Hlava sobre la parasitología de las tierras exóticas, en la cabeza de la joven surgió un plan. El renombrado patólogo había advertido de que en Bohemia no existía ningún instituto especializado en el estudio de enfermedades exóticas. Kálalová decidió que una vez concluidos los estudios, cambiaría esta situación y viajaría a Oriente Próximo para recabar experiencias en este campo.
No era una decisión precipitada o un sueño romántico. Vlasta Kálalová se inscribió en cursos de árbe y persa, suscribiéndose, además, a una revista médica turca para aprender la terminología. En los días más calurosos realizaba marchas de varios kilómetros para comprobar su capacidad de resistir al calor, tan típico de la zona mesoriental.
Vlasta Kálalová se graduó en 1922, siendo su especialidad la cirugía. Durante dos años ejerció en Bohemia, buscando simultáneamente ayudas para su proyecto de fundar un hospital en alguno de los países de Próximo Oriente.En dicho hospital los médicos checos atenderían a la población local y simultáneamente recabarían experiencias con las enfermedades tropicales.
La ayuda financiera para el proyecto llegó inesperadamente del presidente checoslovaco Tomás Garrigue Masaryk. Vlasta Kálalová pudo partir en 1924 hacia Turquía, donde la médica de 28 años empezó a trabajar en Estambul, en la clínica de un renombrado ginecólogo.Pensaba que con la recomendación del prestigioso médico turco tendría una mejor posición en el mundo árabe.
En 1925 la doctora Kálalová decidió fundar un hospital en la capital iraquí Bagdad. La médica checa instaló el hospital con veinte camas en el centro de la ciudad, en la Casa Burazanliu, Casa de los Trompetistas, y lo dirigiría con éxito durante siete años. Realizó intervenciones quirúrgicas muy complicadas.El hecho de ser mujer resultó una ventaja: a las pacientes musulmanas sus maridos jamás les habrían permitido que las atendiera un hombre. Vlasta Kálalová atendió incluso a varios miembros de la familia real iraquí.
En 1927 la médica checa contrajo matrimonio con el italiano Giorgio di Lotti, funcionario de la administración iraquí. En Bagdad le nacieron un hijo y una hija. Sin embargo, las elevadas temperaturas y la fiebre dengue minaron las fuerzas de la doctora Kálalová, que en 1932 regresó con su familia a Checoslovaquia.
Cuando los nazis ocuparon Bohemia en 1939, la médica se fue a vivir con su marido e hijos a su casa natal en la ciudad de Bernartice. En la primavera de 1942 se cernía sobre Bernartice el peligro de ser arrasada por los nazis al igual que la aldea checa de Lidice. La ciudad acabó por salvarse, pero los ocupantes ejecutaron a 22 vecinos.
En las últimas horas de la Segunda Guerra Mundial, el 8 de mayo de 1945, la tragedia se abatió sobre la propia familia de la doctora Kálalová.
Las unidades SS en retirada atacaron en Bernartice a los insurgentes antifascistas checos, fusilando a 44 personas, incluidos el marido de Vlasta Kálalová y sus dos hijos. Giorgio di Lotti, como ciudadano italiano, podría haber evitado la ejecución, pero ante el pelotón de fusilamiento declaró ser checo. De toda la familia sólo se salvó Vlasta Kálalová, porque los alemanes la creyeron muerta al verla yacer herida en un charco de sangre.