“La integración europea, a pesar de todo, es un ejemplo para América”
Estudiantes mexicanos del Instituto Tecnológico de Monterrey llegan cada verano a la Universidad Carolina de Praga para estudiar sobre la República Checa y su papel dentro de la Unión Europea. La profesora de la universidad regiomontana Araceli González contó para Radio Praga lo que la experiencia checa les aporta con respecto a la actual situación geopolítica de México.
Por iniciativa del Centro de Estudios Iberoamericanos de la Universidad Carolina de Praga, estudiantes de diferentes áreas del Instituto Tecnológico de Monterrey pasan un mes en Praga mirando al mundo desde el prisma checo. Un punto de vista que completa la panorámica sobre la especialidad de cada uno de ellos.
El acento que pone el centro mexicano en la internacionalización es protagonista durante el curso. Como explica la Dra. Araceli González, profesora de Relaciones Internacionales del Instituto Tecnológico y de Estudios Superiores de Monterrey, la Unión Europea es un ejemplo, de donde, al menos, pueden sacarse conclusiones.“Las tendencias mundiales entre la globalización y los procesos de regionalización son emblemáticas de los tiempos actuales. México, si bien tiene un enorme número de acuerdos de libre comercio, éstos solamente se han quedado en ese nivel. Obviamente las perspectivas para una integración norteamericana son muy distantes. Porque todo proceso de integración requiere de una alta voluntad política y de promover más las afinidades que las diferencias. Europa, con todas sus contradicciones y todos sus reveses, sigue siendo un modelo”.
Las dificultades para la integración mexicana con sus vecinos del norte, también existen al mismo nivel con los del sur, continúa explicando Araceli González.“Si bien políticamente hay una enorme historia, solidaridad y discurso hacia Centroamérica y Sudamérica, la realidad económica y comercial nos arrastra al norte. Hay intentos de cooperación con Centroamérica, pero definitivamente es más una cuestión de carácter político que práctico o de intercambios efectivos. La historia mexicana muestra esa poca atención a esas regiones, las más próximas que tenemos”.
Las diferencias económicas entre los países americanos son el mayor obstáculo para su integración, dice la profesora Araceli González. La experiencia europea lo confirma.
“Entre México y EE.UU. hay una enorme disparidad económica, de ingresos per capita, de desarrollo,… y lo mismo ocurre de México frente a Centroamérica. La Unión Europea ha sido ejemplo de que los procesos de integración más efectivos se han dado en la Europa de los Seis, de los Nueve, quizá hasta la de los Diez. Y ya desde los Diez hasta los Veintisiete, cuando se incorporaron entidades con mayores discrepancias, pues ahora vemos los resultados: Grecia, Portugal, Irlanda,… están marcando las contradicciones que trae una integración cuando no se han generado esquemas medianamente equiparables de desarrollo”.El curso de verano del Centro de Estudios Iberoamericanos de la Universidad Carolina de Praga para los estudiantes del Instituto Tecnológico de Monterrey, que concluyó esta semana, se celebra desde hace ya once años.