La Iglesia católica checa arremete contra los homosexuales
La Iglesia católica checa ha iniciado una campana para evitar que se reconozcan los matrimonios entre homosexuales. Los sacerdotes católicos instan a sus feligreses a firmar peticiones en contra de los intentos del oficialismo de ceder mayor espacio legal a los homosexuales en la sociedad checa.
La Iglesia católica puso su grito al Cielo después de saber que el Gobierno y el Parlamento checos tratan de aprobar una ley que concederá mayor espacio de acción a los homosexuales.
Los sacerdotes católicos empezaron su cruzada en mayo recogiendo firmas contra el proyecto de ley del Gobierno que busca reconocer los matrimonios homosexuales.
El documento que circula en las iglesias cuenta con el respaldo de la Conferencia Episcopal Checa y hasta la fecha lo firmaron más de 60 mil personas que rechazan el matrimonio de personas del mismo sexo.
Por su parte, las agrupaciones de homosexuales insisten en que el proyecto de ley lo que trata de legalizar son los asuntos referentes a las relaciones de propiedad entre las parejas homosexuales, sin que ello les otorgue los mismos derechos de las parejas heterosexuales, como por ejemplo la adopción de ninos.
Las agrupaciones de homosexuales checos han respondido a la campana de la Iglesia con una serie de actividades de carácter informativo que culminarán con un festival en la Plaza de la Paz, en Praga, con el respaldo de renombrados artistas y políticos solidarios con la causa de los homosexuales.
Jiri Hromada, la cabeza visible de las organizaciones homosexuales checas sostiene que además de las actividades dirigidas a la opinión pública mantendrán conversaciones con diputados y senadores para explicarles sus exigencias.
De acuerdo con los últimos sondeos de opinión cada vez mayor el número de ciudadanos checos que apoya la idea de legalizar los matrimonios homosexuales. Si en 1998 el 35 por ciento estaba a favor y el 37 por ciento en contra, hoy más del 40 por ciento de los checos está a favor y tan sólo un poco más del 30 por ciento está en contra.