La energía eólica cambió la vida en la aldea de Jindrichovice
En la República Checa existen solo diez centrales eólicas. La última de ellas fue puesta en marcha en una aldea de Bohemia del Norte, cuyo alcalde decidió que su habitantes vivirán en armonía con la naturaleza.
Petr Pávek, alcalde de la aldea de Jindrichovice pod Smrkem, se opone a la tendencia mayoritaria de aprovechar la oferta de los grandes productores de energía y convertir la aldea en un simple consumidor. Pávek defiende la idea de que hay que aprovechar la energía alternativa y las fuentes propias para no depender de las grandes empresas y también para ahorrar dinero.
Así, el año pasado fue puesta en marcha en Jindrichovice pod Smrkem una caldera de biomasa que suministra calor a cinco edificios comunales, entre ellos la escuela y la biblioteca locales. A la caldera se sumó este año una central eólica, que fue inaugurada este jueves con asistencia del ministro del medio Ambiente, Libor Ambrozek, quien destacó que la República Checa debería aprovechar en mayor medida los recursos renovables de energía.
La central cuenta con dos torres construidas según tecnologías muy avanzadas, explicó Petr Pávek.
"Los costes fueron de 62 millones de coronas, más de 2 millones de euros. Más de la mitad del precio lo pagó el Fondo Estatal del Medio Ambiente y para el resto de la suma pedimos un préstamo", explicó Petr Pávek. Agregó que, paradójicamente, conseguir el dinero resultó más fácil que encontrar a un especialista en energía dispuesto a elaborar un proyecto de una microregión energéticamente autosuficiente. "Todos tenían miedo porque se trató de una tarea bastante difícil", dijo el alcalde.
La central tiene una capacidad de 1,2 megawatios, capaces de suministrar energía a Jindrichovice pod Smrkem y otras cuatro aldeas, dijo el alcalde.
Destacó que al principio la reacción de los ciudadanos de la aldea fue bastante confusa. Sin embargo, hoy en día están muy contentos y hasta orgullosos de tener una central eólica, afirmó Petr Pávek.