La ciudad de Zlutice
En esta edición visitaremos la ciudad de Zlutice cuya historia está vinculada con los husitas, movimiento religioso checo de la primera mitad del siglo quince que promovía las reformas de la Iglesia Católica, inspirándose en el pensamiento de Juan Hus.
Durante los agitados tiempos de la primera mitad del siglo quince, cuando las tierras checas eran escenario de arduas luchas entre los husitas y el bando que se oponía a las reformas de la Iglesia Católica, la ciudad de Zlutice pertenecía al campo reformador. Y, según explica Jaroslav Vosecký, del museo municipal, este legado husita no ha sido olvidado en la ciudad.
"Cuando el niño ingresa en la escuela primaria, lo primero que ve en el vestíbulo es un gran cuadro con motivos husitas. El museo municipal está dedicado en gran parte a la historia del movimiento husita en esta región. Y en la ciudad y en sus cercanías hay varios lugares y monumentos que recuerdan esa era. En el cerro Vladar, que domina la ciudad del este, se desató en noviembre de 1421 una batalla en la que participó el jefe de las tropas husitas, Jan Zizka. Y en el extremo meridional de Zlutice estuvo el castillo Nevdek, relacionado con otro gran personaje husita, Jakoubek z Vresovic".
¿Quién fue Jakoubek z Vresovic?
"Fue una especie de Jan Zizka local. Procedente de Moravia, se destacó como capitán de las tropas husitas en esta región. El movimiento husita fue dividido en varias corrientes políticas y espirituales y una de ellas, bastante radical, fue representada por los husitas de Bohemia del Norte, bloque integrado por Zlutice y las demás ciudades. Y Jakoubek z Vresovic fue representante militar de este grupo de husitas".Jaroslav Vosecký precisa que Jakoubek z Vresovic conquistó Zlutice en 1426 pero el mismo año fue derrotado por los cruzados. Reconquistó la ciudad dos años después, en 1428, y fundó la estirpe que gobernó Zlutice durante los próximos cien años. Contribuyó también al desarrollo de la ciudad, renovó el cercano castillo Nevdek, amuralló el castillo que se encontraba en el centro de Zlutice y dejó construir un nuevo suburbio.
Con el legado husita está vinculado también el "Cancionero de Zlutice", uno de los monumentos de mayor valor histórico en la ciudad, cuyo facsímile está instalado en el museo municipal.
"Se trata de un cancionero religioso escrito en checo que empezó a surgir en 1558 y fue terminado después de ocho años. Es una obra ilustrada de mil páginas que contiene ideas protestantes. En aquella época, cuando todavía existían gremios y hermandades, en cada iglesia evangélica había un coro que tenía su propio cancionero. La confección del cancionero costaba mucho dinero y, como tenerlo era una cuestión de prestigio para cada ciudad, solían contribuir financieramente tanto los burgueses y gremios como la nobleza".
Jaroslav Vosecký matiza que el Cancionero de Zlutice tenía un destino muy azaroso. Fue utilizado hasta los años veinte del siglo XVII, pero luego vino la Guerra de los Treinta Años y la recatolización de las tierras checas que combatía duramente el espíritu protestante.Unas cuarenta páginas dedicadas al movimiento husita fueron borradas, así como ilustraciones de la quema en la hoguera de Juan Hus. En la actualidad, el original del Cancionero de Zlutice está depositado en el Museo de las Letras Checas, de Praga.
La ciudad de Zlutice está situada en los antiguos Sudetes, regiones fronterizas checas con Alemania y Austria, donde residía desde la Guerra de los Treinta Años una fuerte minoría alemana, expulsada de Checoslovaquia después de la Segunda Guerra Mundial.
Jaroslav Vosecký señala que Zlutice siempre ha sido una ciudad alemana. Por ejemplo, en 1910 vivieron en ella 1700 alemanes y ocho checos, en 1930, el mismo número de alemanes y 150 checos.
"Fueron dos comunidades étnicas que vivían en Zlutice uno al lado del otro sin tener nada en común. Sus opiniones diferían bastante, entre otras cosas, por ejemplo, acerca del aporte al movimiento husita. Mientras que los checos evaluaron ese período histórico de manera positiva, destacando sobre todo la heroica batalla del cerro Vladar, los alemanes recordaron solamente la Semana Santa del año 1422, cuando los husitas saquearon la ciudad y mataron a tres párrocos".
Jaroslav Vosecký agrega que después del derrumbe del régimen totalitario en este país, en 1989, los alemanes que habían vivido en Zlutice regresan para visitar los lugares de su infancia. Han entregado grandes cantidades financieras también para la reparación de la iglesia local y, en fin, participan en muchas actividades encaminadas a mejorar las relaciones entre las dos naciones.Pero volvamos contra el paso del tiempo, hacia los orígenes de Zlutice. Jaroslav Vosecký explica que aunque la primera mención escrita sobre la existencia de una aldea de este nombre data del año 1186, los historiadores suponen que la ciudad fue fundada a finales del siglo trece.
"Zlutice surgió en una ruta comercial que comunicaba la capital checa, Praga, y Alemania y por la que se transportaba la sal. Y además de esta mercancía, la ciudad vivía también de la lencería y de los productos de textil en general. Más tarde, cuando la producción industrial sustituyó a las manufacturas, hubo varios intentos de fundar una fábrica de muebles para que se aprovechara la riqueza forestal de Zlutice, pero sin ningún éxito".
Y es justamente la industria lo que le falta a la ciudad en el presente. Los habitantes se ganan la vida en la agricultura y la silvicultura o deben trasladarse a otras ciudades en busca de trabajo.¿Qué puede visitar el turista en Zlutice?
"En la plaza céntrica atraerá seguramente su atención la Columna de la Santa Trinidad, de 15 metros de altura, una preciosa muestra del arte barroco, esculpida por Osvald Josef Venda, oriundo de Zlutice, en 1704. Puede visitar también los pasos subterráneos y sótanos que se extienden por toda la ciudad y que tienen varias plantas y cada uno su propio pozo. Fueron construidos en el Medioevo para proporcionar refugio a los habitantes en los tiempos bélicos".
¿Qué leyendas están vinculadas con esos sótanos?
"Se dice que en una de las paredes de los pasos subterráneos está estampada la mano del diablo que sedujo a la esposa del herrero local, y que en uno de los sótanos están escondidas doce estatuas de oro de los apóstoles. ¡Quién sabe si es verdad o no, pero cuando los husitas saquearon la ciudad en 1422, a lo mejor algún ciudadano escondió sus joyas en el sótano de su casa"!Jaroslav Vosecký agrega que vale la pena visitar también el museo local dedicado en parte al movimiento husita. Pero como el museo está ubicado en el edificio que en el siglo XIX servía como tribunal y prisión, ha sido instalada recientemente allí una muestra sobre la tortura. Se pueden ver instrumentos con los que se solían aplicar suplicios, así como figuras de cera de prisioneros en las celdas.