La ciudad de Ivancice

Ivančice, foto: Kirk, CC 3.0 Unported

En esta edición de Radioviajes visitaremos la ciudad morava de Ivancice.

Subimos al auto en Praga y partimos por la autopista que conduce desde la capital checa hacia la metrópoli morava Brno, que se encuentra a unos 200 kilómetros. Algo menos de 20 kilómetros antes de llegar a Brno abandonamos la autopista y por una carretera que conduce entre campos y pequenos bosques que separan varias pintorescas aldeas, después de unos 15 minutos de viaje, arribamos a la ciudad de Ivancice.

Ivančice,  foto: Kirk,  CC 3.0 Unported
La ciudad, de unos 10 mil habitantes, se extiende por una llanura, en la confluencia de tres ríos moravos: el Jihlava, el Oslava y el Rokytná. Para conocer algo de la historia de la comarca, debemos remontarnos a siglos pasados.

Las primeras menciones sobre el lugar datan de 1073 y revelan que en el camino comercial medieval que unía las zonas junto al río Elba con las del río Danubio, en el monte llamado Réna, se construyó un castillo con un espacioso mercado que recibió el nombre Ivan.

El castillo Ivan resultó pronto víctima de los enfrentamientos armados entre varios príncipes de aquella época por el dominio de la región y paulatinamente fue cayendo en ruinas. En 1212, en la llanura situada al pie del monte Réna, y rodeada de otras colinas, fue fundada una ciudad que recibió el nombre de Ivancice, en honor al desaparecido castillo Ivan.

La ciudad se caracterizaba por una singular proyección horizontal, en la que predominaban las áreas reservadas a mercados. Algo de esa característica se conservó hasta la actualidad con un sinnúmero de pequenas plazas diseminadas por la localidad.

Cementerio judío de Ivancice,  foto: Jitka Erbenová,  CC BY-SA 3.0 Unported
La ciudad registró un amplio desarrollo en el siglo XIV. Este se debió en gran medida a las actividades de orden económico y comercial promovidas por la comunidad judía local que era bastante numerosa y cuya presencia la documenta todavía hoy el cementerio judío de Ivancice, uno de los mayores y mejor conservados en Moravia.

Con el correr de los años, Ivancice fue perdiendo su importancia en el ámbito comercial, pasando a convertirse paulatinamente en el centro vitivinícola de la región. La vid se cultivaba en la zona desde el siglo XII, pero en los dos siglos posteriores su cultivo se fue ampliando de tal manera que llegó a constituir la principal actividad laboral de la población local.

El desarrollo del cultivo de la vid se debió también a la segunda ola de colonización de la ciudad. Durante la misma Ivancice fue poblada especialmente por habitantes de zonas situadas al sur, procedentes especialmente de los actuales territorios de Austria. En su mayoría se trataba de gente que se había especializado en el cultivo de la vid y sus conocimientos de esta actividad los fueron aplicando y compartiendo al asentarse en Ivancice.

De esa época data también el emblema de la ciudad, uno de los más antiguos de Moravia, en el que constan tres recipientes utilizados para la cosecha de las uvas. En siglos posteriores estos fueron reemplazados por tres vasos para tomar vino, que permanecieron en el emblema de la ciudad hasta la actualidad.

Ivancice,  foto: Palickap,  CC 3.0 Unported
El cultivo y el procesamiento de la uva en el lugar motivó a la edificación de un singular sistema de sótanos bajo la ciudad, para ser depositados en ellos los barriles con vino. A la producción vinícola la población local se dedicaba hasta el siglo XVII, cuando la Guerra de los Treinta Años acabó con la mayoría de los vinedos. Más tarde la vid comenzó a ser cultivada y la uva procesada en otras localidades de la región.

A partir del siglo XVI, Ivancice se convierte en centro de cultura y educación. Esto se debió especialmente al asentamiento en la ciudad de una numerosa comunidad de los Hermanos Checos, una de las confesiones protestantes que entonces existían en los países de la Corona Checa a los que pertenecía también Moravia. La comunidad creó en el lugar varias escuelas y tuvo grandes méritos en el desarrollo del nivel cultural de los habitantes de la comarca.

Entre los Hermanos Checos que se desempenaron en Ivancice cabe mencionar al obispo Jan Blahoslav, a quien se debe la instalación en la ciudad de una imprenta. Esta permitió difundir entre la población local diversos escritos y, entre ellos, la traducción al checo del Nuevo Testamento, realizada por Blahoslav.

Actualmente Ivancice es una tranquila ciudad provincial en la que prevalece la industria textil. La atención del visitante es atraída aquí por numerosas obras histórico-arquitectónicas, así como por la encantadora naturaleza de los alrededores. Los checos vienen a Ivancice también para conocer el lugar de nacimiento de dos relevantes artistas checos del siglo XX.

Alfons Mucha
En primer lugar, de Alfons Mucha, destacado representante del estilo Art Noveau que se extendió por Europa a comienzos del siglo XX. Mucha es autor de famosos carteles y de un maravilloso ciclo de cuadros de gran tamano que documenta la historia de los eslavos, la llamada "Epopeya Eslava". Este ciclo, finalizado en 1928, el artista lo dedicó a la ciudad Praga. Sin embargo, por no haber sido hallado en la capital checa un sitio apropiado para la instalación de la obra, el ciclo se encuentra en la ciudad de Moravský Krumlov, a unos 15 kilómetros de Ivancice.

Oriundo de Ivancice es también Vladimír Mensík, uno de los más populares actores checos de la segunda mitad del siglo XX, artista de gran corazón y de un singular sentido del humor, que falleció en 1988.

La iglesia de Santiago,  foto: Podzemnik,  CC BY-SA 3.0 Unported
Entre las obras arquitectónicas locales merece atención la iglesia de la Asunción de la Virgen María, en la plaza situada en el centro de la ciudad, que data del siglo XV y que fue reconstruida en el siglo XVIII en estilo barroco. Del siglo XV es asimismo la iglesia de Santiago, hoy de estilo neogótico, que se alza sobre una de las cimas que rodean la ciudad. La iglesia de Santiago, a la que conduce un vía crucis, es un conocido lugar de peregrinación de la zona y una meta frecuente de los paseos familiares en los fines de semana.

El  puente metálico de ferrocarril,  foto: Podzemnik,  CC BY-SA 3.0 Unported
Hay en la ciudad también varias interesantes obras arquitectónicas de carácter profano, pero con una verdadera curiosidad nos encontramos a unos diez kilómetros de Ivancice. Allí, sobre el río Jihlava se levanta un puente metálico de ferrocarril que data de los años 70 del siglo XIX. Según diversas fuentes, en su realización tomó parte el ingeniero francés, Alexandre-Gustave Eiffel, autor del proyecto de la famosa torre parisina que lleva su nombre. El puente está desde hace años fuera de servicio y se conserva exclusivamente como "monumento nacional técnico".

Recomendar la mejor temporada del año para visitar Ivancice es difícil. En otono se celebran allí maravillosas fiestas populares acompanadas de la degustación de vinos, y fiestas que evocan las tradiciones populares se realizan también en primavera, cuando se despide el invierno; mientras que en verano atrae particularmente el colorido de la naturaleza de la zona y en invierno, la tranquilidad y la blancura de la nieve...

Pero sí podemos recomendar algo muy característico de Ivancice - la Fiesta del Espárrago. Esta tiene lugar todos los años en el mes de mayo, recordando la famosa tradición del cultivo de esta hortaliza en la región. En el siglo XIX, el espárrago proveniente de la zona de Ivancice era suministrado incluso a la corte imperial de Viena.

Durante la Fiesta del Espárrago son consumidas en Ivancice unas cuantas toneladas de esta hortaliza con supuestos efectos benéficos sobre la potencia del sexo masculino, sirviéndose en los restaurantes locales un amplio surtido de platos confeccionados con espárragos.

Y con la Fiesta del Espárrago, concluimos nuestra estadía en la ciudad morava de Ivancice, en las proximidades de la metrópoli morava Brno.