Jakub Schikaneder retrata Praga con sugestiva magia
En esta edición les hablaremos de Jakub Schikaneder, autor de cuadros llenos de emoción melancólica. Schikaneder, que vivió entre 1855 y 1924, fue también pintor de mágicos rincones de la vieja Praga que aparece en sus lienzos como ciudad de ensueño y escenario de la soledad.
Jakub Schikaneder representa en sus cuadros los aspectos melancólicos y acerbos de la vida. Por su sensibilidad, llena de angustia y tristeza, se acerca a la postura de los artistas decadentes.
En la obra de Jakub Schikaneder predominan cuadros cuyas protagonistas son mujeres: el pintor retrata a mujeres solitarias, nostálgicas, doblegadas por el dolor, exhaustas por la fastiga, moribundas, asesinadas. Schikaneder se compadece del destino de la mujer y el pincel del artista le da a sus dramas dimensión existencial.
Schikaneder nació en 1855 en un medio relativamente modesto: en la familia de un empleado aduanero. La familia de los Schikaneder tenía raíces artísticas ya que de ella salió el célebre actor cómico vienense de finales del siglo 18, Emanuel Schikaneder, libretista de la ópera "La flauta mágica" de Mozart. También Jakub Schikaneder poseía dotes de actor y de músico, pero sobre su trayectoria artística decidió la admisión en la Academia de Artes Plásticas, de Praga, cuando tenía apenas quince años.
Schikaneder estudió en la Academia de Artes Plásticas entre 1870 y 1878 y sus colegas fueron Mikolás Ales, Frantisek Zenísek y otros artistas de la llamada Generación del Teatro Nacional que participarían en la decoración de la casa teatral edificada en Praga como manifestación de la emancipación nacional y cultural de los checos.
Los caminos de Schikaneder y de sus colegas de la Generación del Teatro Nacional no tardaron en separarse. Schikaneder estudió hasta 1881 en la Academia de Munich y conoció el ambiente artístico de París. Conocedor de las tendencias artísticas extranjeras, Schikaneder no se enganchó al carro de la exaltación patriótica y las obras alegóricas que glorificaban el pasado nacional le eran ajenas.
Ello hizo de Schikaneder un solitario en la vida artística checa, a pesar de desempeñarse como profesor de la Escuela de Artes Decorativas de Praga. En este aspecto se parece a las figuras solitarias de sus cuadros.
Schikaneder fue un gran admirador de la cultura francesa, principalmente de la corriente que concebía el arte como testimonio social. Bajo su influencia, hacia 1883 Schikaneder empieza a retratar los dramas y tragedias de la gente sencilla y humilde. Representa en sus óleos, pasteles y dibujos cómo se abaten sobre sus desamparados personajes femeninos las aflicciones, las enfermedades y la muerte. El sentimiento de la compasión encontró en la obras de Jakub Schikaneder una de las plasmaciones más convincentes en la moderna cultura checa.
La obra cumbre de esta etapa es el cuadro "Homicidio en la casa", de 1890: en el empedrado de un patio yace en un charco de sangre una joven asesinada. El tamaño del lienzo es inusual: sobrepasa los tres metros de ancho.
Jakub Schikaneder es conocido también como pintor de rincones de la vieja Praga que retrató con magia sugestiva como ciudad de ensueño, iluminada por la trémula luz de las farolas. Schikaneder retrata las vetustas casas praguenses al anochecer o de noche, inmersas en un mágico claroscuro.
Las calles están cubiertas por la nieve, de las ventanas sale una suave luz. Y en medio de este escenario Schikaneder pinta figuras solitarias y silenciosas. Los cuadros de este período posterior a 1900 son considerados como los más bellos de toda la obra de Jakub Schikaneder, pintor olvidado injustamente durante décadas.
En los últimos años, las muestras de Jakub Schikaneder despiertan siempre un inédito interés del público. Sus lienzos, llenos de emoción melancólica, son un remedio para el abrumador déficit de sentimientos y de compasión que caracteriza nuestra civilización técnica.