Idas al trabajo - ¿queridas o malditas?

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¿Les gustaría trabajar lejos de su hogar o prefieren tener su trabajo cerca de casa? Las estadísticas checas indican que la cuarta parte de los checos está dispuesto a trasladarse más de cien kilómetros para llegar a su trabajo. ¿Es así? Sobre las idas al trabajo, sus ventajas y sus desventajas conversamos con dos jóvenes, Martina y Petra, que trabajan en Praga, pero desde sus años universitarios conocen el problema de cerca.

Martina, tú viajas al trabajo cada día, ¿cuáles son, para ti, las principales ventajas o desventajas?

"Para mí son las idas al trabajo bastante tediosas, pero en el tren uno puede leer mucho o si necesita estudiar para algunos exámenes, puede bien aprovechar aquél tiempo libre. Eso es imposible con el tráfico masivo urbano en Praga, ya que uno siempre cambia de línea, te empujan otros pasajeros. En el tren puedo sentarme, dormir, leer o charlar con amigos. Las desventajas de las idas continuas son bien claras: Tengo que pagar billetes y cada día se pierde mucho tiempo. Además, me siento agotada por esos vaivenes mucho más que la gente que vive en Praga y viaja una media hora al día. Yo vivo a unos sesenta kilómetros de la capital y llevo cada día casi tres horas de ida y vuelta".

Bueno, Petra, la pregunta es la misma: las ventajas y desventajas de idas largas al trabajo, aunque hasta hace poco tu situación cambió un tanto...

Foto ilustrativa: archivo de Radio Praga
"Como antes vivía en una pequeña ciudad cerca de Praga y ahora trabajo y vivo en Praga, puedo decir que los largos desplazamientos al trabajo llevan más desventajas que ventajas. Lleva más tiempo, uno debe levantarse más temprano. Yo por ejemplo, tenía que levantarme una hora y media más temprano que ahora. La ventaja era que podía hacer muchas cosas durante el viaje en tren, como por ejemplo leer. En la actualidad, vivo en un barrio de Praga muy céntrico y tardo sólo media hora en llegar al trabajo, haciendo un cambio de líneas, así que a menudo ni me da tiempo para leer un poquito".

Martina, ¿cuántos kilómetros diarios estarías dispuesta a recorrer para llegar al trabajo?

"Yo creo que el número de kilómetros que suelo recorrer yo diariamente es lo máximo. Cada día viajo de ida y vuelta 57 kilómetros y me parece que el límite que se puede aguantar al día es de 65 kilómetros. Más de eso ya sería muy pesado. Creo que unos cien kilómetros se podían recorrer dos veces por semana, pero no más".

¿Y cuántos kilómetros al día serían un límite para ti, Petra?

"Si consiguiese encontrar un trabajo atractivo, algo que no estuviese en la ciudad donde vivo, estaría dispuesta a ir al trabajo recorriendo hasta 50 kilómetros de distancia. También dependería de la accesibilidad del lugar, ya sea por tren o autobús. En cuanto al tiempo, para mí será el límite de tiempo una hora al día, en un trayecto".

Martina, ¿te quedarías en tu ciudad ganando menos o viajarías cada día para ganar más?

"Creo que no se trata de la remuneración financiera, sino que en una localidad pequeña es imposible encontrar trabajo o las condiciones laborales que hay en Praga. No es una cuestión de dinero, bueno yo, sin ir al trabajo fuera de mi ciudad, ahorraría dinero y tiempo, pero, por otro lado, en la ciudad donde vivo, no encontraría un trabajo correspondiente a mi especialidad. También el salario sería inferior al que se me ofrece en la capital. Por lo tanto, no se puede decir que quiero hacer eso o aquello, más bien creo que tengo que hacer algo por que no tengo otra oportunidad".

Y tú, Petra, ¿prefieres ganar más y viajar o trabajar cerca de casa y ganar menos?

"Depende del tipo del trabajo. En mi ciudad natal sería difícil para mí encontrar un trabajo correspondiente a la materia que estudié. Ese fue el principal motivo para mi decisión de viajar diariamente a Praga, donde al final compré un piso".

En "A toda marcha" conversamos con Martina y Petra sobre las ventajas y desventajas de idas diarias al trabajo. Hasta la próxima edición, ¡amigos!