“Esto es un espejo. Usted es una frase escrita”
El artista uruguayo Luis Camnitzer, el teórico del conceptualismo latinoamericano, se estrena en Praga con una exposición antológica que recorre gran parte de su obra. Desde el afamado ‘Esto es un espejo. Usted es una frase escrita’, de 1966, hasta dos piezas exclusivas, hechas para esta muestra, de un total de diez, pueden verse en la galería Tranzit Display de la capital checa.
Y aunque esta exposición sin título podría ser una suerte de retrospectiva, él no lo ve así, como explica en entrevista con Radio Praga.
“Bueno, son muy pocas obras para llamarlo retrospectiva, es un poco una antología de obras portátiles. No queríamos entrar en el proceso de llevar obras, de hacer instalaciones complejas, sino más bien una cosa más etérea, que se podía mandar hacer acá o instalar acá sin ningún problema”.Tampoco querría llamarla un resumen de sus grandes éxitos, ya que hay obras nuevas, que nunca había expuesto antes, estrenos exclusivos para Praga. Pero todo comienza con su obra más emblemática, de 1966.
“Bueno, hay una obra, basada en la primera obra conceptualista que hice en 1966: ‘Esto es un espejo. Usted es una frase escrita’. La diferencia es que esa frase ahora la pusimos en checo. Hicimos un esfuerzo de que toda la exposición estuviera en checo, además”.Esta pieza es el germen de toda su producción posterior, asegura el artista.
“Es el germen, fue un quiebre. Yo hasta ese momento era expresionista, hacía grabados expresionistas y un día decidí que era absurdo, corté. Y después de un par de meses de crisis la primera obra que surgió de ahí fue ‘Esto es un espejo. Usted es una frase escrita’. Esto fue en enero de 1966. Y todavía me gusta mucho, sí, sí. Me gusta por lo económico que es y porque obliga al espectador a cambiar su posición en el espacio y su posición mental. Y en ese cambio espero que se aflojen algunos tornillos”.
Hay otra obra, muy importante en la trayectoria de Luis Camnitzer, llamada ‘Dos líneas paralelas’, que es del año 1976, dos líneas totalmente arbitrarias, una de desechos y objetos varios, y otra de palabras, esta vez en checo.“Esta obra para mí es una forma de liberar al espectador para que ponga su propio título a cualquier cosa. Hace poco me di cuenta que en la escuela primaria te enseñan el nombre de las cosas que ya tienen y no te enseñan a dar nombres a las cosas que no tienen nombre. Y en realidad el buscar cosas que no tienen nombre y nombrarlas es un acto de exploración creativa mucho más interesante que memorizar el nombre de las cosas que ya lo tienen. Te dan un conocimiento digerido en lugar de equiparte para el conocimiento que todavía no existe, que eso es la educación verdadera”.
‘La Lección de Historia’ es un trabajo compuesto de varias velas ordenadas en una fila vertical, que se le ocurrió la semana pasada en Praga y que ni él mismo sabía si iba a funcionar. Y es uno de los estrenos exclusivos.“La Lección de Historia es que una vela va quemando a la siguiente y es un poco la secuencia de la narración histórica en donde un dato va llevando al otro, va llevando al otro, en una secuencia que es totalmente irreal, ayuda a la narración histórica pero no ayuda a entender la historia. Y eso es algo que siempre me fascinó porque en realidad la historia es de acuerdo a quien la escribe, un ejercicio de poder, y por ejemplo la historia del arte uno la aprende como si fuera una historia homogénea, a pesar de que está escrita por los que tienen el poder y no refleja lo que pasa localmente en distintos lugares, en distintos momentos”.
Otra de las obras incluidas en esta muestra antológica es ‘El retrato de un artista’.“Es un poco sardónica, es un ventilador que agita un alambre que tiene un lápiz y el lápiz en el movimiento va dejando un trazo y es un poco el dibujo mandado a hacer, no tengo que ensuciarme las manos, no tengo que pensar, está trabajando por sí solo. Es un poco una crítica y también un retrato mío, en cierto modo”.
Luis Camnitzer es un artista que juega con el lenguaje y, por lo tanto, muchas de sus obras se leen, aunque él no se considere, precisamente, poeta ni antipoeta.
“No me gusta la palabra poeta, para mí, por lo menos. Yo no siento que tengo acceso a la poesía. Incluso no leo poesía, no me interesa. Me interesa no limitar el arte, entonces me considero un artista visual. Y no me interesa limitar mis recursos a los medios convencionales sino trabajar con libertad. Y a mí la palabra me da mucha libertad, en parte porque me parece menos impositiva que la imagen. Alguien que lee una frase empieza a imaginar y a mí me interesa que la obra se realice en la imaginación del espectador y no en la obra misma”. Y luego comenta que “la función del artista es liberar al público y no aprisionarlo. Y en la medida que yo tenga que seguir haciendo obras de arte, siento que soy un fracasado”.Nacido en Alemania en 1937, al año de vida Luis Camnitzer se mudó con sus padres alemanes a Uruguay. De ahí su condición de políglota.
“Nací en Alemania, pero tenía un año cuando nos fuimos al Uruguay. O sea, aprendí a ser yo en Uruguay, pero mis padres decidieron de criarme bilingüe, en casa hablábamos alemán y en la vida normal hablaba español. Entonces empecé con dos idiomas. Después aprendí inglés y francés en la escuela, después fui a Estados Unidos a una beca y ahí aprendí el inglés completo. Y como no podía volver al Uruguay por la dictadura empecé a ir a Italia, como sustituto, y terminé aprendiendo italiano”.
-Y ahora un poco de checo por lo que puedo ver“No, pero de checo no sé nada, solo dos palabras: od y do, que me fascinan por la simetría”.
Sin intentar polemizar, el artista asegura que él no se siente adscrito al arte conceptual, sino conceptualista, que es un poco diferente.
“Yo lo llamo conceptualista, no conceptual. El arte conceptual es un estilo que surgió en EE.UU. y en parte en Europa y como estilo depende un poco de un cierto formalismo. Y a mí lo que me interesa es la estrategia conceptualista, que es mucho más abierta, que permite hacer cosas que el arte conceptual no permite y que al final lo que significa es que lo que uno hace en arte es respuesta a un problema correctamente formulado, y que no importa si es un cuadro o una palabra”.
Para terminar, Luis Camnitzer quiere agradecer el esfuerzo que ha hecho la Galería Parásito para hacer posible esta muestra antológica en Praga.“La muestra surgió porque Silvina Arismendi y Galería Parásito tuvieron la idea de hacerla. Yo la conocí cuando trabajaba en el Drawing Center, en Nueva York. Ella vino a verme, somos los dos uruguayos, quedamos en contacto y ella un día me preguntó si me interesaba hacer una muestra en Praga. Le dije que sí, yo nunca había estado en Praga. Ella hizo el contacto con Tranzit. Así salió y estoy muy contento de que haya pasado, porque me encanta Praga, la verdad”.
Luis Camnitzer lleva poco más de una semana en Praga. Vino con tiempo, para poder montar su exposición. Y asegura que disfruta mucho en la capital checa, porque tiene la misma escala que su querido Montevideo.