¿Es saludable la cerveza?

¿Mata o cura?. La respuesta se ha convertido en manzana de la discordia para los médicos de la República Checa. Es que lo que está en juego es el consumo de la bebida nacional por excelencia: la cerveza.

Como si el mundo de los "galenos" checos se hubiera divido en dos bandos enemigos a muerte dispuestos a jugarse la vida en la más cruenta de las guerras. Ni más ni menos. Todo empezó cuando el jefe del departamento de drogadependencia y alcoholismo del Hospital Psiquiátrico de Praga, Karel Nespor, propuso que para disminuir el consumo de bebidas alcohólicas entre la población checa se aumentara el impuesto al consumidor de estos productos, incluida la bebida nacional: la cerveza.

El efecto que surtieron sus declaraciones fue el de una bomba a la que se le enciende la mecha. Los profesionales de varias especialidades médicas, en muchos de los casos en armonía con agencias de presión, empezaron a cantarle loas a los benéficos efectos de la cerveza en el organismo humano. Y hasta hubo una agencia checa que divulgó por internet el lema que traducido al español sería "el que cerveza bebe, mucho dura y nunca muere".

Sin embargo, el doctor Nespor insiste en lo perjudicial que es para la salud el consumo incontrolado de bebidas alcohólicas, y argumenta su opinión alegando que, según la Organización Mundial de la Salud, en Europa el 25 por ciento de las muertes de los hombres con edades entre los 15 y los 29 años las provoca el consumo de alcohol. Y el doctor Nespor añade que en Europa Central y del Este la situación es peor, ya que el alcohol es el causante del 30 por ciento de la mortalidad en los hombres.

El asunto es que mientras los especialistas pierden hasta las pestañas en esta batalla, los checos -y no sólo ellos- siguen empinando el codo...

Autor: Mónica Villegas Gallego
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