En la República Checa se ha registrado el primer caso del mal de las vacas locas
En la República Checa se ha detectado el primer caso del mal de las vacas locas. Ello se desprende de los análisis cuyos resultados han sido dados a conocer por el Ministerio de Agricultura. Simultáneamente con esta información, los ciudadanos se enteran de que los tests priónicos en los combinados cárnicos son más bien fortuitos que sistemáticos.
Radio Praga conversó sobre el primer caso de encefalopatía espongiforme bovina registrado en la República Checa con el portavoz del Ministerio de Agricultura, Hugo Roldán. Durante mucho tiempo las autoridades checas estuvieron tranquilizando a los ciudadanos con el argumento de que el mal de las vacas locas no atañía a este país centroeuropeo. Los veterinarios alegaban que las harinas cárnicas, que en el Reino Unido habían provocado el brote del mal de las vacas locas, desde los años sesenta se producían en la República Checa a temperaturas muy elevadas, capaces de exterminar los priones, proteínas que provocan la encefalopatía espongiforme bovina. Sin embargo, también en la República Checa las vacas se han vuelto locas.
Entretanto, la demanda de carne de vacuno por parte de los consumidores viene disminuyendo desde hace varios meses y los combinados cárnicos anuncian que el descenso de las ventas se sitúa entre un 20 y un 40 por ciento. Si empiezan a testar todos los animales abatidos, los costos aumentarán y los combinados cárnicos sufrirán nuevas pérdidas.Y a propósito de los tests priónicos: A pesar de la campaña del Ministerio de Agricultura, que intentaba persuadir a los ciudadanos checos de que la carne de los rebaños nacionales era segura, ahora resulta que la mayoría de los combinados cárnicos realizan apenas tests fortuitos de la carne de vacuno.
Tan sólo el combinado de Kostelec y las granjas que practican la agricultura ecológica controlan la carne al cien por cien. Según confirmara ayer jueves el portavoz de la Administración Veterinaria Estatal, los demás testan de manera fortuita o tan sólo los animales con síntomas de enfermedades nerviosas. También la portavoz de la cadena de hipermercados Delvita declaró que sus suministradores no controlan cada pieza de carne ya que la ley no lo exige.
El portavoz de la Administración Veterinaria Estatal alega, no obstante, que es poco probable que las personas se contagien por el consumo de la carne. Lo que sí es peligroso, afirma, es el tejido nervioso -el cerebro o la médula espinal-, que nunca aparece en las tiendas.
Cabe dudar que los consumidores den crédito a semejantes argumentos. Y sobre todo tras leer las 20 preguntas y respuestas sobre el mal de las vacas locas publicadas en el periódico Mladá Fronta Dnes donde se advierte, entre otras cosas, que comer steaks entraña peligro ya que a la carne puede haber quedado adherido un pedacito de la médula espinal contaminada con el mal de las vacas locas.