En el reino del invierno

¡Abríguense bien, amigos! Empezamos con "Marcha de los esquimales" que interpreta su autor, Jaromír Nohavica. Prepárense:en este Panorama checo seremos también un poco como los esquimales ya que pasaremos prácticamente todo el programa sobre el hielo y con bajas temperaturas

¿Sabes, Carlos, cuál fue la temperatura más baja registrada en los últimos cien años en el territorio checo?

Mi abuelo checo me contó que el febrero de 1929 fue el mes más frío del siglo 20 en las tierras checas.

Yo también recuerdo que mi abuelo me habló del crudo invierno de 1929 y me dijo que en la jornada más gélida los termómetros marcaron en el pueblo de Litvínovice, en Bohemia del Sur, la temperatura de 42,2 grados Celsio bajo cero. Fue el récord absoluto en Bohemia en el siglo 20.

En el programa Meteor de la Radio Checa dijeron que el invierno más crudo de los últimos tres siglos fué en 1740 cuando se registraron en Europa Central temperaturas de 50 grados bajo cero.

Sí, disponemos de testimonios de que en el pasado los fríos fueron más intensos. Se congelaban todos los cursos fluviales y hasta el río Vltava, en Praga, se convertía en una magnífica pista de patinaje.

Es posible que hayan sido los hombres de Neanderthal quienes hace miles de años fueron los primeros en desplazarse en patines de hueso sobre el río Vltava helado. Los patines les ayudaban seguramente durante la caza.

No cabe duda. Más tarde penetraron en el territorio de Bohemia los celtas y uno de sus lugares fortificados estaba situado sobre el río Vltava, cerca de la actual localidad praguense de Zbraslav. Los celtas fueron el primer pueblo que hace unos dos mil años confeccionó los primeros patines de hierro. Es por lo tanto muy probable que los utilizasen sobre el Vltava helado.

Patinaje en el cuadro de Rembrandt
La primera actividad social relacionada con el patinaje y registrada en los documentos escritos checos fue un carnaval sobre hielo que organizó en 1610 en Praga el emperador Rodolfo II.

El baile sobre el hielo celebrado en la capital checa fue un acontecimiento social protagonizado por la nobleza. No se trató de forma alguna de una actividad deportiva.

En el siglo 17 se consideraba el patinaje como una actividad nociva para la salud. El propio Mentor de las Naciones, Juan Amos Comenio, afirmaba que el patinaje era un deporte indigno y peligroso para la vida.

Los praguenses desobedecieron las recomendaciones y sobre las superficies heladas del río Vltava y de los estanques capitalinos se veía una multitud cada vez más numerosa de patinadores.

Las diferencias sociales se notaban entre los patinadores ya en el siglo 17. Mientras que los nobles y los burgueses acomodados se deslizaban sobre el hielo en patines metálicos, los menos afortunados debían contentarse con patines de hueso. El Vltava helado se convirtió en un paraíso de los patinadores en la segunda mitad del siglo 19 cuando miles de praguenses pasaban su tiempo libre patinando.

Los más pobres que no tenían dinero para comprar patines de buena calidad solían fijar la hoja de un cuchillo a las suelas de las botas y sobre estos patines rudimentarios dibujan piruetas sobre el hielo.

Al desarrollo del patinaje contribuyó en aquel entonces el primer manual de cómo patinar publicado en 1887. Dos años después el divulgador del deporte Josef Rössler- Orovský funda en Praga el Club de Patinaje de Competición.

Durante el invierno, el Vltava se convertía en un salón al aire libre: las pistas en el río helado estaban iluminadas y los patinadores deslizaban sobre el hielo al son de la música, como este vals "Tempestad del invierno", de Julius Fucík.

Hoy en día los praguenses no pueden patinar sobre el río Vltava que ya no se cubre de hielo en el invierno. Ello se debe al sistema de presas construído en el Vltava en los años 50 del siglo pasado. Las presas de Orlík y Slapy descargan grandes cantidades de agua que tiene la temperatura de cuatro grados sobre cero. Por eso el Vltava ya no puede cubrirse de una capa de hielo.