Emil Filla, el Picasso checo
"Todo lo que surge sin la sensación de libertad, no es arte", manifestó uno de los más destacados representantes del cubismo checo y figura dirigente de la vanguardia de entreguerras, el pintor, escultor y gráfico, Emil Filla.
Nació en 1882 en Chropyne, en Moravia Oriental. Su familia se trasladó luego a Brno. Emil Filla aprovechaba el hecho de ser hijo de un empleado de ferrocarriles viajando constantemente en tren a Viena, pero también por Moravia y Eslovaquia, donde le llamó la atención el arte popular.
Después de acabar sus estudios en una escuela de comercio, trabajó durante un año en una caja de seguros. En 1903 Filla ingresó en la Academia de Bellas Artes de Praga, estudiando con el profesor yugoslavo Vlaho Bukovac.
Un gran impulso para Emil Filla representó la exposición en Praga del expresionista noruego Edvard Munch, en 1905. Bajo su influencia fundó, junto con otros artistas, el grupo "Osma". Las pinturas más representativas de este período artístico de Filla son "El lector de Dostoyevski" y "El as rojo", cuadro en el cual se refleja la influencia del francés Honoré Daumier y que le abrió las puertas a la prestigiosa asociación artística checa, Mánes.
La pasión por viajar no lo abandonó. Alemania, Holanda, Italia y Francia figuraron en su itinerario. En París, Filla visitaba la Galería Kahnweiller y al famoso comerciante de pinturas Vollard. En el Sena conoció a Chagal, Apollinaire, Braque y Pablo Picasso. El primer encuentro de Filla y Picasso se realizó a recomendación del mayor coleccionista checo de arte y propagador de cubismo, Vincenc Kramár.
Los primeros elementos cubistas aparecen en la obra de Emil Filla en 1910 en la pintura "Otoño". El mismo año Filla empezó a realizar cuadros de pequeño formato, y la influencia de Picasso se hacía cada vez más fuerte. En 1911 Filla abandonó con otros artistas, entre ellos los hermanos Capek o el escultor Otto Guttfreund, la asociación Mánes, fundando el "Grupo de artistas figurativos". Esta generación creó el mundo del cubismo checo que se reflejó en todas las esferas del arte.
En 1912 Filla publicó un artículo sobre El Greco, cuya influencia se pone en evidencia en su pintura "Samaritano misericordioso". En los años siguientes se inclinó hacia bodegones, empezando a combinar, igual que Picasso, los colores de óleo y esmalte con carbón, utilizando arena, peines ...
Durante la Primera Guerra Mundial se refugió en París, huyendo posteriormente a través de Bélgica a Holanda. Allí se incorporó a la resistencia checa antihabsburga. Familiarizándose con el futuro presidente checoslovaco Tomás Garrigue Masaryk y el ministro de RR. EE., Edvard Benes, participó con su esposa en la transmisión de informaciones secretas entre la resistencia interior y exterior. Entre otros identificó a un historiador de arte de Viena que había fusilado a presos ingleses en el frente italiano.
Finalizada la Primera Guerra Mundial, Filla trabajó hasta 1920 como primer secretario en la Embajada checoslovaca en La Haya. De regreso a Praga permanecía fiel en su obra al cubismo, enriqueciéndolo con influencias de los viejos maestros holandeses, volviendo en los años treinta a los motivos figurativos. En la famosa pintura "Mujer con la alfombra" del año 1921 se puede observar la inspiración por Rembrandt.En los años 30 Filla reacciona con un ciclo de pinturas titulado "Combates" debido a la creciente fuerza del nazismo.
El primero de septiembre de 1939 Emil Filla fue detenido por la Gestapo. Los años de guerra los pasó en el campo de concentración de Buchenwald. Allí dejó de pintar y de dibujar, centrándose en reflexiones filosofícas sobre la vida, la libertad y la muerte, que le ayudaron a sobrevivir. A Praga regresó en mayo de 1945, y tardó un año en recuperarse antes de comenzar a pintar de nuevo.
Aparte del arte, Filla tenía dos aficiones. Era un coleccionista apasionado, coleccionaba de todo, desde figuritas africanas, antigüedades medievales hasta pinturas chinas.
Y también amaba apasionadamente a los animales. Criaba bóxeres, raza que estaba de moda en la época de entreguerras. La correspondencia con el fundador de la cría de bóxeres en Checoslovaquia, el pintor judío Alfred Justiz, fue la única que Filla no destruía, mientras que las cartas de Picasso o Braque desaparecieron para siempre.
En los últimos años de su vida, Emil Filla pintaba paisajes del Macizo Central de Bohemia, instalando su taller en el palacio de Peruc, en Bohemia del Norte. Falleció en Praga el 2 de octubre de 1953.