El turismo industrial cautiva a los checos
El gusto de los turistas checos ha empezado a cambiar. Conocidos por su afición a los castillos, poco a poco han empezado a descubrir el fascinante mundo del turismo industrial.
Los turistas se han lanzado a la caza del patrimonio de la época industrial. Recorren boquiabiertos las instalaciones de antiguos molinos, purificadoras de agua y fábricas.
Los castillos han empezado a perder su brillo, al menos por el momento, y han tenido que despedirse de miles de personas seducidas por el esplendor de las máquinas, naves industriales y líneas de producción, según comenta Zdeñka Kalová del Instituto Nacional de Monumentos.
“Los turistas buscan cosas nuevas, distintas. A muchos les resulta más interesante una central nuclear que una visita guiada a un castillo”, indicó la portavoz.El turismo industrial empezó en Europa en los años 40, entonces las empresas abrían sus puertas al público para mostrar los avances alcanzados en la producción de, por ejemplo, automóviles y cerveza.
En Chequia hay centenares de inmuebles industriales declarados Monumentos Nacionales, que son visitados por miles de personas al año, como es el caso de la empresa Mostecká Uhelná Společnost, dedicada a la extracción de carbón.
Hace tres años la empresa abrió sus puertas a los turistas industriales. Este año la visitaron más de 1.500 personas, pero el interés es tres veces mayor, según informaron fuentes de la compañía que, a su vez, anunciaron medidas para satisfacer la demanda.La fábrica de automóviles Skoda ha registrado un significativo aumento de turistas cautivados por la fabricación de vehículos en activo, al igual que la cervecería Pilsner Urquell en la ciudad de Pilsen.
El primer lugar del turismo industrial lo ocupan hasta ahora las centrales nucleares de Temelín y Dukovany, que reciben a más de 60.000 turistas al año.