El tráfico en Praga colapsa producto de las inundaciones
Muchos habitantes de la República Checa siguen sufriendo las consecuencias de las inundaciones que afectaron la semana pasada casi todo el país. Las riadas derrumbaron varios puentes y carreteras. La situación del tráfico es crítica.
Las autoridades solicitan en vano a los choferes que no utilicen sus automóviles para ir al centro de la ciudad. Praga está atascada. En las calles céntricas hay largas filas de vehículos y camiones que apenas se mueven. El Ayuntamiento de Praga consideraba este lunes aun la posibilidad de prohibir el paso de automóviles a la capital checa, pero hasta ahora no ha tomado esta medida.
Varios puentes y caminos en algunos barrios capitalinos están cerrados por peligro de derrumbes de casas, y atravesar el río en vehículo es posible sólo en tres lugares.
"Desde el punto de vista de la estática, no existe peligro de que los puentes se derrumben. No obstante, si dejamos pasar coches de turismo por los mismos, se hundirá totalmente el sistema de transporte público" explicó Martin Kupka, portavoz del Ayuntamiento de Praga, el por qué siguen cerrados la mayoría de los puentes.En Praga existen tres líneas de metro con 50 estaciones, en la actualidad la mitad de las estaciones están cerradas. Se calcula que renovar todo el funcionamiento del metro tardará varios meses. Para compensar la pérdida del metro, el Centro de Tráfico de Praga utiliza tranvías y autobuses. Éstos están repletos de pasajeros y, naturalmente, mucho más lentos. Para los autobuses fue reservada en las carreteras una vía de circulación especial. En septiembre podrían surgir grandes problemas cuando en la República Checa empiece el año escolar y muchos ciudadanos de Praga vuelvan de vacaciones.