El tiempo caprichoso no deja de azotar a Chequia

Foto: ČTK

Los caprichos del tiempo siguen provocando estragos en la República Checa. Tras las enormes inundaciones seguidas por los calores tropicales de los últimos días, fuertes tormentas azotaron en la noche del jueves al viernes gran parte del territorio nacional.

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Árboles caídos, derrumbes de tierra, tejados deteriorados, sótanos inundados, cortes de electricidad y de tráfico ferroviario. Ese es el saldo de las trombas de agua, acompañadas de ráfagas de viento y granizo, que pasaron anoche desde el suroeste de la República Checa hacia el norte del país.

La renovación del tráfico en algunos tramos ferroviarios tardará varios días, según indicó el portavoz de la Administración Checa de Vías Férreas, Jakub Ptačinský.

“El mayor daño se produjo entre las tres y las cinco de la madrugada en el tramo que une las ciudades de Tršince y Kynšperk nad Ohří. La vía está inundada y socavada por lluvias y suponemos que el tráfico podrá ser renovado hasta el fin de semana”, dijo.

jakub Ptačinský,  presentación oficial ČD
La policía tuvo que cortar también algunas carreteras inundadas por el agua en las regiones de Cheb, Sokolov y Karlovy Vary, en Bohemia Occidental, afectadas por fuertes lluvias torrenciales, según precisó el experto en meteorología Josef Hanzlík.

“En dichas zonas, hubo granizo aislado con rachas de viento de hasta 90 kilómetros por hora. Las precipitaciones alcanzaron entre 20 y 40 milímetros en un lapso de entre una y tres horas”, indicó.

El agua además desbordó algunos riachuelos e inundó numerosos sótanos de viviendas. Los vecinos locales, apoyados por los cuerpo de bomberos, se vieron obligados a levantar barreras anti inundaciones, aunque en algunos casos no lograron impedir el diluvio, según lamentó una de las habitantes de Kynšperk nad Ohří.

“El jardín, el albergue y la pérgola quedaron bajo el agua que está a punto de penetrar también en la casa. La entrada a la vivienda tiene cuatro escalones y el segundo ya está anegado”, señaló.

La gente tendrá que acostumbrarse que el tiempo sea cada vez más caprichoso debido a los cambios atmosféricos, advierten los climatólogos.

“Una vez hay heladas, poco después vientos huracanados, luego se producen inundaciones y dos semanas más tarde hay un calor tropical. A esta altura es normal que el tiempo cambie rápidamente y que haya extremos”, indicó el experto Radim Tolasz, del Instituto Checo de Hidrometeorología.

Autor: Roman Casado
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