“El teatro checo es un arte de bricolaje”
Eufrasio Lucena Muñoz vino a Praga por el teatro. Desde que llegó a la República Checa por primera vez allá por el 2002, ha logrado que sus escenografías sean habituales en las salas de la capital. Sobre la importancia del teatro para Chequia, su tradición y sus particularidades, habló para Radio Praga.
Las inundaciones de Praga del 2002 también aguaron su primera beca, pero la Junta de Andalucía le dio una segunda oportunidad al año siguiente. Desde entonces, vio que efectivamente, no se podía comparar como se considera el teatro en Chequia con respecto a España, y aquí sigue.
Para destacar esa importancia que se le da al teatro en la República Checa, Eufrasio elige precisamente un ejemplo con los programas de radio que escuchaba cuando llegó para aprender checo mientras viajaba en tranvía.
"La radio checa tiene esos cuentos, narraciones, dramatizaciones,… y una tradición, que tenía España de hacer teatro radiofónico. Pero aquí además retransmiten obras de teatro. 
No en vano, recuerda Eufrasio, el primer presidente de la Checoslovaquia democrática post comunista, Václav Havel, era dramaturgo, antes que político. En aquel momento histórico y en su preparación, también el teatro desempeñó un papel fundamental como elemento identitario, dice Eufrasio.
“La Revolución de Terciopelo… no voy a contar la historia porque no la sé y no la voy a contar bien, pero se gestó de una forma muy popular, y sobre todo también dentro de los círculos teatrales, de los intelectuales del teatro. El teatro servía como herramienta para seguir manteniendo el idioma, las ideologías, las estéticas, etc. Porque esto del teatro es un compendio de todas las artes. Es literatura, es el propio arte dramático, es el factor humano del actor, las artes plásticas, la música,…”.
“Incluso en las artes plásticas también, es todo como muy de bricolaje. Es de componer, romper, pegar, metes un tornillo,… y yo creo que el teatro checo tiene mucho de eso, de trabajo artesanal. Incluso en como se construye una escenografía o como se articula una producción teatral, desde el horario, el técnico, el que monta, el que desmonta,…”.
Y esa característica es fruto de una realidad que hace que el teatro checo sea en su concepción muy distinto al español, según continúa contando un buen conocedor de ambos como Eufrasio.
“En República Checa siguen manteniendo el sistema de repertorio, este que venía de Adolfo Marsillach. Es decir, una misma compañía es capaz de representar cuatro o cinco espectáculos. Los teatros de Praga son de repertorio, es decir, cada día están cambiando la obra de cartel, aunque básicamente el plantel de actores es el mismo. Sin embargo eso es algo que en España se perdió poco después de la Guerra Civil, yo creo. 
La última escenografía que ha hecho Eufrasio, la ha realizado para la obra ‘Casimiro y Carolina’, del dramaturgo austriaco Ödön Von Horváth. Tras varios meses en cartel, próximamente será transmitida también por la Televisión Checa. Porque en Chequia, no solo la radio emite teatro.
