El renacimiento de la flota checa

Pocos países continentales disponen de una flota marítima. La República Checa, cuyos barcos pasaron bajo bandera checoslovaca y checa por los puertos más importantes del mundo, ve cómo su flota, vendida en 1998, puede volver a renacer en poco tiempo.

Tras casi tres años de cese de su actividad, la República Checa dispondrá de una nueva flota, según informa la companía Czechoslovak Ocean Shipping, quien actualmente, bajo banderas de otros países, agrupa a la mayoría de la tripulación de la antigua flota checa. Desarticulada en 1998 en operaciones financieras poco claras por el propietario de los fondos de inversión de Harvard, Viktor Kozený, la flota mercante de la República Checa fue la segunda más grande de los países no costeros, siguiendo a Suiza.

El renacimiento de los barcos que navegarán por las aguas internacionales bajo bandera checa se debe al acuerdo entre el Ministerio de Finanzas de la República Checa y la Federación Rusa, que con la donación de 30 barcos tipo Valday pretende saldar parte de su deuda respecto a su antiguo aliado. Los navíos provenientes de los Astilleros del Norte de San Petersburgo, de un valor total de 210 millones de dólares, harán disminuir la suma total de la deuda contraída a aproximadamente 890 millones de dólares. Según afirmó la portavoz de los Astilleros del Norte, la entrega del primer navío para la flota checa tendrá lugar en primavera del ano 2002.

La Companía Czechoslovak Ocean Shipping, encargada de la futura gestión de estos barcos y de su tripulación, ha expresado su satisfacción por el contrato acordado entre las autoridades checas y su contraparte rusa. "Los marineros están impacientes por volver a navegar bajo bandera checa", comenta el capitán checo Josef Adamec, quien ha dedicado al mar más de 27 años de su vida. La idea de una nueva flota checa devuelve esperanzas a los marineros checos y eslovacos que tras la venta fraudulenta de sus barcos se vieron condenados a tierra firme.

Autor: Adriana Dergam
audio