El Palacio de las Exposiciones de Praga
El Palacio de las Exposiciones de Praga reúne sin duda verdaderos tesoros del arte mundial de los siglos XIX y XX. Un autoretrato de Picasso, "La Edad de Bronce", de Rodin o "Trigo Verde", de Van Gogh, son ejemplos de las obras que conforman la muestra permanente del Palacio.
Aunque el recinto cuenta con más de 13 mil metros cuadrados de galerías y se exponen cerca de 3600 objetos, los visitantes no suelen tener problemas para orientarse en su interior. Sin embargo, debido a que se encuentra relativamente alejado del centro histórico de Praga, el Palacio de las Exposiciones queda oculto muchas veces a los ojos de los turistas que visitan la República Checa.
La inauguración del Palacio tuvo lugar en 1928 con ocasión del décimo aniversario de la fundación de la Primera República Checoslovaca. Además de ser en su momento uno de los edificios más grándes de su tipo en todo el mundo, fue la primera obra arquitectónica de estilo 'funcional' en el continente europeo.
Se trata de una sencilla construcción de hormigón armado, tiene una dimensión de 80 por 140 metros, una altura de 15 metros y siete pisos. Hasta el año 1948 sirvió para realizar ferias internacionales y, además de sus numerosas salas de exposición, había restaurantes, cafeterías y un cine subterráneo.
Durante el régimen comunista en la extinta Checoslovaquia, el Palacio de las Exposiciones fue transformado en un centro administrativo al servicio de los antiguos jerarcas, pero fue destruido en 1974 por un fuerte incendio. Veinte años después se reconstruyó y desde su apertura, en 1995, pasó a manos de la Galería Nacional de Praga. A partir de ese año la exposición permanente del Palacio de las Exposiciones ha sufrido varias transformaciones, se han ido alternando obras de artistas de renombre mundial pero, quizá uno de los aspectos que más llama la atención, es que la exposición no se presenta al público de manera cronológica, sino según el autor.
La exposición permanente del Palacio de las Exposiciones es una de las mayores colecciones de arte contemporáneo en todo Europa, especialmente por la variedad de estílos artísticos. Según los críticos, captura el ambiente cultural y espiritual de las diversas épocas, tanto en pintura como arquitectura o diseño industrial, así como el cine, la fotografía o el grabado. Por esa razón, además de las autoridades del Palacio, participaron en la elaboración de la muestra diversas instituciones, tales como el Museo Nacional Técnico de Praga o el Archivo Nacional de Cine, entre otros.
Aunque en el Palacio de las Exposiciones prevalecen las obras de autores checos, sus salas exponen grandes colecciones de artistas austríacos y alemanes. No obstante, una de las secciones más visitadas es una importante colección de obras de arte francés, del año 1923 en adelante.
Sin duda, el arte francés siempre estuvo conectado con el Palacio de las Exposiciones. Ya a principios del siglo XX fueron realizadas un sinnúmero de muestras con el fin de acercar el arte francés contemporáneo al público checo. Por ejemplo, en 1902, se presentaron obras de August Rodin, August Renoir o Claude Monet y más adelante fueron expuestos cuadros de Paul Cezane, Emile Antoine Bourdelle, entre otros.
Otra de las partes importantes del Palacio de las Exposiciones es la dedicada al cubismo checo de los años 1911 a 1913, que incluye desde proyectos para concursos presentados por arquitectos de la época, hasta maquetas, muebles, cerámica, etc.
Continuando nuestro recorrido subimos hacia el tercer piso del Palacio de las Exposiciones donde nos encontramos obras de autores de las últimas siete décadas. En esa sección figuran piezas del llamado 'realismo socialista', es decir, la única corriente arquitectónica reconocida oficialmente después del comienzo del régimen totalitario en 1948.
En esa parte de la exposición figuran también objetos que fueron exhibidos en la Expo de Bruselas, en 1958, donde el pabellón checoslovaco fue uno de los más visitados. Si seguimos subiendo, en el cuarto piso del edificio, hallamos la sección El arte del siglo XIX, que abarca principalmente cuadros históricos, retratos y naturalezas muertas.
Esa sección documenta también la participación de autores checos en la Expo de París, en el año 1900, donde prevalecían elementos de la historia y la cultura popular del país, así como razgos característicos de la mitología eslava y muy cerca de ese lugar, en el pequeño atrio, se localiza una muestra de objetos de metal, cristalería y cerámica.
El Palacio de las Exposiciones alberga también el llamado Laboratorio del arte contemporáneo, que dedica atención a los artistas más jóvenes. Ahí se realizan talleres artísticos donde, principalmente niños y adolecentes, tienen la oportunidad de experimentar con las más diversas técnicas y materiales. En esa sección, que se renueva dos veces al año para reflejar los cambios en las tendencias del arte plástico contemporáneo, una de las muestras que más éxito ha logrado es la colección Para Lidice, que incluye trabajos de 52 artistas alemanes elaborados en homenaje a las víctimas de la aldea checa de Lidice, arrazada por los nazis en la Segunda Guerra Mundial.
Si bajamos hacia la planta baja encontraremos diversas muestras temporales. El objetivo de esa sección es, según las autoridades del Palacio, crear un espacio para los artistas jóvenes que no tienen muchas oportunidades de para mostrar sus trabajos. Además, ahí será instalada en el futuro una enorme colección de arte contemporáneo mundial.
Y como toda galería de arte debe ser además un punto de encuentro de profesionales y aficionados, con ayuda de la Galaría Nacional de Praga se desarrolla una gran cantidad de actividades culturales y se ofrecen además charlas relacionadas con las exposiciones. Además, el año pasado, se abrió en el Palcio una biblioteca destinada principalmente a los estudiantes de arte, una cafetería Internet, un restaurante y una librería que incluye una amplia variedad de publicaciones sobre el arte moderno.