El mundo se despide del Papa

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Millones de personas dieron este viernes en Roma el último adiós al Papa Juan Pablo II, fallecido el pasado sábado. La República Checa se sumó al luto que expresa en estos días todo el mundo por el Sumo Pontífice: el Gobierno checo declaró este viernes día de duelo oficial, la Televisión Pública transmitió en vivo el funeral, en edificios públicos las banderas se izaron a media asta y las campanas de las iglesias repicaron al mediodía en todo el país por el Papa.

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Al funeral del Sumo Pontífice, efectuado en la basílica de San Pedro de Roma, acudieron millones de personas, entre ellos también el presidente checo, Václav Klaus.

"Para mí, aunque no suelo ir a la iglesia, el Papa Juan Pablo II fue una de las más destacadas personalidades de todo el mundo, que influyó notablemente en los acontecimientos históricos mundiales".

Así lo expresó el presidente checo quien se reunió en el pasado en persona con Juan Pablo II en varias ocasiones.

"Juan Pablo II fue muy amable, amistoso y capaz de escuchar a otra persona. Sus opiniones y posturas influenciaron incluso a muchos ateos.".

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El presidente subrayó para Radio Praga que el Papa, de origen polaco, entendía muy bien de la República Checa, ya que ambos países vivieron la dictadura comunista.

"Polonia vivió algo parecido a nosotros. El comunismo fue derrumbado gracias a presiones de varios lados, pero la verdad es que el hecho de que alguien de un país comunista se convirtiera en Papa fue muy importante y una gran señal para todo el mundo".

En abril de 1990, unos cinco meses tras la Revolución de Terciopelo que inició los cambios democráticos en Checoslovaquia, el Papa visitó oficialmente Praga, pronunciando un discurso en checo.

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"Durante muchos años la puerta de su país parecía estar bien cerrada y era inimaginable que el Papa viniera aquí, a pesar de ser eslavo e hijo de una nación fraternal. Ojalá nuestro primer encuentro eucarístico en este país se efectúe bajo el signo de la paz que ofrece Jesucristo, pero que no puede ofrecer el mundo".

Entre la multitud de gente que se dirigió este viernes a Roma para dar el último adiós al Papa, hubo también un gran número de checos, según confirmó el portavoz del Arzobispado de Praga, Daniel Herman.

"Calculamos que miles de checos asisitieron al funeral, incluyendo a una delegación de la Conferencia del Obispado Checo, encabezada por el arzobispo, el cardenal, Miloslav Vlk, el único checo que participará en la elección del nuevo Papa".

La República Checa tiene en la actualidad a dos cardenales, Miloslav Vlk, de 73 años de edad, y Tomás Spidlík, radicado en Roma, que no puede participar en el cónclave, ya que sobrepasó los 80 años de edad.