El mundo habla a través de los poetas

Víctor Rodríguez Núñez, foto: Enrique Molina

El poeta y traductor cubano Víctor Rodríguez Núñez visitó esta semana el Instituto Cervantes de Praga, donde ofreció una interesante visión de lo que significa la poesía y compartió anécdotas sobre su vida y su obra.

Víctor Rodríguez Núñez,  foto: Enrique Molina

En un mundo obsesionado con el éxito, elegir el camino de la poesía es elegir el camino de los equivocados. Pero vale la pena. Esta fue una de las profundas reflexiones que el poeta y traductor cubano Víctor Rodríguez Núñez dejó en su paso por el Instituto Cervantes de Praga, en una charla y recital de poesía moderado por la traductora al inglés de los poemas de Rodríguez Núñez, Katherine M. Hedeen.

Víctor Rodríguez Núñez, nacido en La Habana en 1955, aunque residente en Estados Unidos, donde imparte clases de literatura en el Kenyon College, reconoce desde el inicio su alegría por estar en la capital checa.

Jorge Luis Borges,  foto: public domain
“A Praga me trae el mito de Praga. La belleza, la legendaria belleza de esta ciudad. Varios de los escritores que más me han interesado en mi vida son de aquí. Algunos como Kafka o Rilke no escribían en checo, pero eran checos que escribían en alemán. Pero otros, como Holan, como Seifert, escribían en checo y son poetas que han sido muy importantes para mí. Y bueno, quería ver esta maravilla que es Praga”.

Además, señala que hay varios autores checos que han aportado mucho a la literatura a nivel mundial. Para él, uno de los ejemplos más claros es el caso de Kafka, cuya visión de la modernidad acabó por convertirse en un símbolo universal.

“Decía Jorge Luis Borges que un escritor era un gran escritor no por crear una gran obra sino por crear un símbolo. Entonces ponía, por ejemplo, el caso de Cervantes. Que Cervantes había inventado el Quijote, lo quijotesco, que es una actitud ante la vida. Y ya sabemos que Kafka creó lo kafkiano. La representación esa del absurdo que tiene la vida moderna a pesar de preciarse de ser tan racional y tan objetiva. Kafka da una dimensión de la modernidad y hace una de las críticas más profundas que la modernidad como periodo de la historia ha merecido”.

Rodríguez Núñez recitó algunos poemas de varios de los libros que ha escrito a lo largo de su trayectoria, una carrera en la que ha recibido numerosos galardones por sus poemarios. Entre los recibidos en los últimos años destaca el Premio Fundación Loewe, uno de los premios de poesía más prestigiosos de España, y que le fue otorgado en 2016 por su libro Despegue.

La traducción enriquece el lenguaje

Pero aprovechando la ocasión de encontrarse en Praga, el poeta cubano también recitó poemas de Jaroslav Seifert pertenecientes a una antología en español en cuya traducción él mismo participó, como nos comenta.

Víctor Rodríguez Núñez y Katherine M. Hedeen,  foto: Enrique Molina
“En el año 1986 se publicó en La Habana la primera antología de la poesía de Jaroslav Seifert en lengua española. Yo no sé checo, pero trabajé en equipo con una escritora checa residente en Cuba en ese momento, que se llama Viera Piñón. Ella me decía cómo incluso eran las estructuras de los poemas, y yo tenía que reproducirlas en español. Ella hacía una traducción literal y yo hacía las versiones literarias”.

Este trabajo en equipo le enseñó a Rodríguez Núñez lo valioso que podía resultar traducir junto a otra persona. En el caso de la poesía de Jaroslav Seifert, él no hablaba checo y no hubiera sido posible hacerlo solo, pero incluso cuando se dominan ambas lenguas, la visión personal de cada traductor puede dar algo especial a la obra.

Este sistema de trabajo en equipo es el que mantiene a día de hoy en las traducciones que realiza junto a Katherine Hedeen.

“Ese tipo de esquema es un esquema que trabajo mucho en la actualidad. Yo trabajo con Katherine Hedeen, ella y yo hacemos las traducciones y siempre las firmamos juntos aunque las hagamos individualmente. Porque cuando traducimos del español al inglés, ella tiene la mayor responsabilidad, porque ella es norteamericana, su idioma nativo es el inglés. Cuando traducimos del inglés al español, que también lo hacemos, yo soy el responsable fundamental de la traducción”.

Jaroslav Seifert,  foto: APF ČRo
Entre los trabajos que han realizado en colaboración se encuentra la traducción de la poesía del propio Víctor Rodríguez Núñez al inglés, así como la del renombrado poeta español Luis García Montero.

En el otro sentido, traducen del inglés al español a poetas norteamericanos que no son muy conocidos en el mundo de habla hispana. Uno de esos trabajos destacados fue una recopilación de poesía de poetas indígenas norteamericanos contemporáneos.

En la traducción, vista normalmente como un obstáculo y un camino de dificultades, Rodríguez Núñez ve una oportunidad de enriquecer el lenguaje. Con cada reto, el traductor tiene que sacar a relucir su parte creativa, apunta.

“En la traducción se pierden muchas cosas, pero se ganan también. E incluso lo intraducible es lo mejor que hay para un traductor, porque es el momento en que el traductor tiene que crear. Porque el trabajo de traducción tiene una base que es la base de la lengua, el conocimiento de la lengua y también de la sociedad y de la cultura que produce esa lengua. Pero además de eso, es un trabajo también creativo, con un alto componente creativo. La traducción es la base de las humanidades. Los humanistas originales eran traductores, y no hay cultura sin traducción”.

Jaroslav Seifert | Foto: Hana Hamplová,  Wikimedia Commons,  CC BY-SA 3.0
Víctor Rodríguez Núñez cuenta que su poesía ha ido cambiando con el paso de los años, e insiste en la necesidad de que la poesía sea revolucionaria y que el poeta no se quede estancado en los mismos temas y en las mismas formas durante toda su trayectoria.

Según explica, en el pasado estaba más centrado en encontrar la identidad a través de la diferenciación, como una forma de resaltar el “yo”. Pero ahora ha comprendido que no es el poeta el que habla en nombre de algo o de alguien, sino que es el mundo el que habla a través de él.

A día de hoy, para Rodríguez Núñez es especialmente importante que el propio lector participe en la búsqueda de conclusiones cuando lee sus poemas.

“Yo lo que quiero es escribir una poesía donde el lector participe de la creación del poema. Yo quiero escribir un poema que haga pensar al lector. Quiero que el lector saque sus propias conclusiones, que sea activo. Pienso que esa es la verdadera poesía que hay que escribir en estos tiempos. La llamo “poesía dialógica”, en el sentido de establecer un diálogo con el lector. Eso es lo que yo diría: no esperen una poesía fácil, una poesía complaciente, sino una poesía en la que tienen que trabajar tanto o más que yo”.

Quizás, como dice Rodríguez Núñez en uno de sus poemas, “la poesía es el reino de los equivocados”, pero, tal y como se reafirmaba al final del evento, había valido la pena escoger este camino.

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