El mundo a través de los collages de Jiří Kolář
Innovadores tipos de collages, rollages y otras técnicas personalizadas, que reflejan el mundo desde sorprendentes perspectivas, protagonizan dos exposiciones del artista experimental y poeta surrealista checo, Jiří Kolář, celebradas con motivo del centenario de su nacimiento. En los siguientes minutos hablaremos de la obra y la vida de uno de los artistas checos más originales del siglo XX, cuyos trabajos gozan de fama a lo largo del mundo, y también lo hicieron enemigo del régimen comunista.
En la década de los cuarenta Kolář ingresó en el Grupo 42 (Skupina 42), formación artística influida por el surrealismo, cubismo, civilismo, futurismo y existencialismo, cuya poética se centraba sobre todo en reflejar la vida cotidiana en la ciudad desde un punto de vista artístico.
En aquella época, Kolář realizaba sus ambiciones artísticas a través de las letras. Originalidad no le faltaba, ya que la técnica del collage, con la que más tarde llegó a gozar de fama a nivel mundial como artista plástico, la aplicaba también en sus poemas y relatos.Este método se basaba en entremezclar fragmentos de diferentes conversaciones oídas por casualidad en la calle, cuya fusión dio lugar a sorprendentes asociaciones poéticas.
Otra técnica experimental de Kolář consistía en juntar fragmentos de obras literarias de otros autores más o menos conocidos, a fin de adjudicar a los textos diferentes significados.
Esta técnica marcó también su obra 'El hígado de Prometeo' (Prométheova játra), que le resultó ser nefasta cuando su amigo y crítico literario, Václav Černý, apareció en el punto de mira de la Policía Política Checoslovaca (StB). Al registrar su vivienda, los agentes encontraron el manuscrito de la obra, a cuyo autor llegaron a identificar por tan solo un verso.El tema del enfrentamiento del hombre con el sistema totalitario, que satiriza la época del duro estalinismo, gobernante entonces en Checoslovaquia, fue considerado por las autoridades como un ataque político, por lo que condenaron a su autor a diez meses de prisión preventiva.
La vida en el exilio
En 1977 Kolář se sumó a los signatarios de Carta 77, declaración que exigía a los representantes del régimen comunista que respetaran los principios establecidos en la Declaración Universal de los Derechos Humanos. Dos años más tarde se fue con su esposa Běla a estudiar a Berlín Occidental. En lugar de volver a la Checoslovaquia comunista, se quedó en el otro lado de la Cortina de Hierro, según relata Jiří Machalický, comisario de la exposición 'Jiří Kolář – Centenario de su Nacimiento'.“Se marcharon a vivir a París. Kolář pidió a las autoridades checoslovacas que le prolongaran su estancia legal en el extranjero. Su solicitud fue rechazada, y decidió quedarse en Francia. En Checoslovaquia lo condenaron a prisión y le confiscaron gran parte de sus propiedades”.
De ahí que en el nuevo propietario de sus obras y colecciones artísticas fuera la Galería Nacional, de Praga. Y lo siguió siendo incluso tras la caída del régimen comunista, según prosigue Machalický.“Jiří Kolář fue una persona muy generosa. Tras su vuelta a Praga después de 1989, el director de la Galería Nacional le contactó y le comunicó que le gustaría devolverle sus propiedades. Jiří Kolář le contestó: -“Ustedes las cuidaron, así que son suyas”.
'Confrontage', 'Raportage', 'Rollages' y 'Froissages'
Fue a mediados del siglo XX cuando Kolář llegó a considerar insuficiente la fuerza de la palabra para expresar sus ambiciones artísticas, y se centró en realizarlas únicamente a través de las artes plásticas.A partir de entonces, Kolář se centró en el desarrollo de originales técnicas creativas que lo hicieron famoso en el mundo entero. Machalický señala algunos de los métodos de Kolář más destacados.
“Unos de ellos son el 'confrontage' y el 'raportage'. Kolář recortaba todo tipo de reproducciones y fotografías de diversas revistas y las componía según sus propias reglas, a fin de dar cabida a nuevas historias y confrontaciones”.
'Rollage' fue otra de las técnicas personalizadas de Kolář. Consiste en laminar por tiras y cuadros diferentes imágenes y volverlas a recomponer para crear nuevas realidades y ópticas.“Froissage” es otra técnica original, que quiere decir arrugar. Su nacimiento no pudo ser más espontáneo según indica Machalický.
“Esta técnica la inventó al escribir una poesía. Un poema no le gustó, arrugó el papel y lo tiró. Después lo recogió y se dio cuenta de que el “froissage” era una oportunidad de expresarse plásticamente. Otro método es el chiasmage que consistió en despedazar páginas de libros o mapas y darles otras formas no habituales”.
Dos exposiciones rinden homenaje a Jiří Kolář
Hasta el 18 de enero de 2015, los trabajos de Kolář se pueden ver en la exposición 'Jiří Kolář- Centenario de su Nacimiento', en el Museo Kampa, en Praga. Los trabajos expuestos datan de la época entre los años cuarenta y setenta, y proceden de la colección del matrimonio Jan y Meda Mládek, que obtuvieron en su mayor parte de una exposición en el Museo Guggenheim, de Nueva York, realizada en 1976.
Otra exposición en honor a Kolář se efectúa en la Galería Smečky, en Praga, bajo el nombre 'La Danza en Ruinas'. Su título pretende reflejar “el equilibrio del autor entre la destrucción de la palabra y la imagen, vinculados con la búsqueda de nuevas posibilidades de expresar la intensidad de la sensación vital en la contradictoria época entre los años cincuenta y sesenta”.Según afirma la comisaria de esta exposición, Marie Klimešová, juntar todas las obras de la época creativa temprana de Jiří Kolář parecía al principio una tarea imposible.
“Las obras tempranas de Kolář se encuentran esparcidas por el mundo. Kolář solía encontrarse frecuentemente con artistas occidentales y muchos se llevaron fuera sus primeras obras”.
Kolář también fue propietario de muchas obras de arte. En el Museo de Kampa se pueden ver algunas piezas de su inmensa colección, como pinturas de los artistas checos Josef Václav Myslbek, František Kupka, Alfons Mucha, y de extranjeros como August Rodin y Francois Morrellet, entre otros muchos.Jiří Kolář volvió a su tierra en 1996 y falleció seis años después a los 87 años de edad en Praga.